Desciende el Uso de IPM, desde 2006, en el Norte de California

Descargar las Claves de este artículo (PDF & PPT para Suscriptores Gold)

El uso de las imágenes de perfusión miocárdica (IPM) nucleares descendió en un sistema integrado de atención sanitaria tras alcanzar su punto álgido en 2006, según una carta de investigación publicada el pasado 26 de marzo de 2014 en el Journal of the American Medical Association. La sustitución por otras técnicas de imágenes tales como la tomografía cardíaca computerizada (TCC) y la ecocardiografía de esfuerzo no basta para explicar este descenso del uso, aseguran los autores.

Investigadores dirigidos por el Dr. Edward J. McNulty, del Centro Médico Kaiser Permanente (San Francisco, California), analizaron datos a nivel del pacientes de las bases de datos clínicas de Kaiser Permanente del norte de California para 2.3 millones de pacientes, entre 2000 y 2011. Las IPM se utilizaron en 302.506 pacientes de 19 centros de la base de datos, con un total de 23.2 millones de personas-años de seguimiento.

Entre 2000 y 2006 el uso de las IPM aumentó en casi un 50% (40%). A partir de 2006, no obstante, el uso de las IPM ha ido descendiendo paulatinamente, hasta caer casi un 51% en 2011.

El grado de descenso entre 2006 y 2011 no varió en función del sexo ni de los antecedentes de revascularización si bien fue mayor para pacientes ambulatorios que hospitalizados así como para personas < 65 años (ambas P para interacción < 0.001; tabla 1).

Tabla 1. Cambio en el Índice de IPM por cada 100.000 Personas-Años, 2000-2011 

2000-2006

2006-2011

Total

41

-51

Edad
     < 65
     ≥ 65


36
46


-56

-47

Marco Clínico
     Hospitalario
     Ambulatorio


58
36


-31
-58

Este Cambio No lo Justifica el Mayor Uso de Otras Técnicas de Imágenes

El mayor uso de otras tecnologías de imágenes no invasivas no justifica este descenso del uso de IPM, según los autores. El uso de las ecocardiografías de esfuerzo fue comparable en 2007 y 2011 con 198 pruebas/100.000 personas-años y 182 pruebas/100.000 personas-años, respectivamente (P = 0.93). El uso de las TCC aumentó, tímidamente, pasando de 37 pruebas/100.000 personas-años en 2007 a 73 pruebas/100.000 personas-años en 2011 (P = 0.01),

En comunicación por email con TCTMD, el Dr. Kishore Harjai, de Geisinger Wyoming Valley (Wilkes-Barre, PA), coincidió en que “el menor uso de IPM no se ve compensado por un aumento de otras pruebas no invasivas.” Explicó que los resultados son importantes porque “se observaron en un sistema en el que los incentivos económicos derivados de solicitar más pruebas pueden descartarse en líneas generales.”

Resulta tranquilizador, dijo, que desde 2006 a 2011, la incidencia de los IM ha descendido un 27% en la población.

¿Un Triunfo de los Criterios de Uso Apropiado?

“Estos hallazgos sugieren una relación causa-efecto entre la publicación de los criterios de uso apropiado, en 2005, y el descenso experimentado en el uso de pruebas de esfuerzo, en 2006,” dijo el Dr. Harjai. Además, “la demografía de los pacientes inscritos, la prevalencia basal de factores de riesgo cardiovascular, la frecuencia de las pruebas positivas de esfuerzo y las características de los médicos intervinientes podrían haber sido, todos ellos, instrumentos que podrían haber influido en los resultados, si bien nada de esto quedó registrado en el estudio.” Por eso, dijo, “resulta difícil calcular la contribución relativa de cada uno de estos factores a la hora de reducir el uso de las pruebas de esfuerzo.”

Aunque resulta difícil extrapolar los resultados del norte de California al resto de EE.UU., el Dr. Harjai dijo, “si tuviera que apostar, diría que estos hallazgos, de hecho, reflejan una realidad a nivel nacional asociada a tres factores: una mayor importancia de los criterios de uso apropiado, un mejor control de los factores de riesgo y menos reembolsos por la realización de pruebas de esfuerzo.”

El Dr. Harjai sugirió que “es poco probable que este descenso en la frecuencia de uso de pruebas IPM tengan consecuencias negativas graves…y es posible (aunque no fue confirmado en este estudio) que la realización de menos pruebas IPM acarreara menos cateterismos diagnósticos ‘innecesarios’ derivados, con frecuencia, de pruebas de esfuerzo que dan falsos positivos.”

Los autores terminan diciendo que “el notable descenso del uso de pruebas IPM confirma que es posible reducir pruebas como esta, a gran escala, anticipando descensos en los costes de la atención sanitaria.”

Detalles del Estudio:

Los pacientes tenían > 30 años. El uso de técnicas de imágenes alternativas (TCC y ecocardiografías de esfuerzo) se calculó a partir de la bases de datos de derivaciones de 2007 a 2011. Los índices anuales ajustados por edad y sexo de pruebas IPM/100.000 personas-años se calcularon utilizando métodos de ajuste directo, siendo 2011 el año de referencia.


Fuente:

McNulty EJ, Hung Y-Y, Almers LM, et al. Population trends from 2000-2011 in nuclear myocardial perfusion imaging use. JAMA. 2014;311:1248-1249.

Declaraciones:

  • Este estudio está financiado por el Programa de Beneficios Comunitarios de Kaiser Permanente del norte de California.
  • El Dr. McNulty no declaró conflicto de interés alguno.
  • El Dr. Harjai es director ejecutivo y co-fundador de AUCmonkey.com

Artículos Relacionados:

Desciende el Uso de IPM, desde 2006, en el Norte de California

El uso de las imágenes de perfusión miocárdica (IPM) nucleares descendió en un sistema integrado de atención sanitaria tras alcanzar su punto álgido en 2006, según una carta de investigación publicada el pasado 26 de marzo de 2014 en el Journal of the American Medical Association. La sustitución por otras técnicas de imágenes tales como la tomografía cardíaca computerizada (TCC) y

Comments