El Cateterismo Cardíaco mediante Abordaje Radial es Seguro y Eficaz en Pacientes Transplantados Hepáticos

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Con índices bajos de transfusión y otras complicaciones y un alto grado de éxito, la cateterización cardíaca transradial es segura y efectiva en pacientes candidatos a recibir un transplante hepático, según un análisis de un único centro publicado en Internet el pasado 3 de marzo de 2014, previo a su edición impresa en el American Journal of Cardiology.

Investigadores dirigidos por el Dr. James D. Flaherty, de la Facultad de Medicina Feinberg de la Northwestern University (Chicago, IL), revisaron retrospectivamente todos los casos de cateterismo cardíaco transradial en su centro desde la adopción del abordaje transradial (mayo de 2008) hasta el momento del estudio (diciembre de 2008) en 1.071 pacientes consecutivos. La mayoría de pacientes (90%) no eran candidatos a recibir un transplante hepático, aunque los restantes (10%, n = 107) sí lo eran .

El Dr. Flaherty y sus colegas explicaron que debido a la baja sensibilidad y especificidad de la prueba de imágenes no invasiva para la detección de la enfermedad arterial coronaria (EAC) en candidatos a recibir un transplante hepático, el cateterismo cardíaco juega un papel crucial en la estratificación de los riesgos previa al transplante. Por definición, el menor riesgo hemorrágico, una importante preocupación en esta población, asociado al abordaje transradial, hace que ésta sea una opción atractiva.

Los pacientes transplantados solían ser varones (67% frente al 57%; P = 0.04) y menos propensos a tener hipertensión, dislipidemia, EAC, insuficiencia cardíaca congestiva y enfermedad vascular periférica. La presión arterial sistólica, la presión diastólica y la presión arterial media fueron, todas, más bajas entre los candidatos a recibir un transplante hepático en el momento de la realización del cateterismo cardíaco. Antes de la intervención, el recuento plaquetario fue menor en los pacientes transplantados hepáticos, si bien el cociente internacional normalizado (INR) fue más alto. La función renal, entre tanto, fue similar entre uno y otro grupo.

Los candidatos a recibir un transplante hepático tuvieron una menor exposición a la fluoroscopia (8.0 frente a 11.1 min; P < 0.01) así como a la tinción de contraste (72 mL frente a 102 mL; P < 0.01). La PCI, entre tanto, fue una intervención más habitual entre los no candidatos a recibir un transplante hepático (15% frente al 4%; P < 0.01). Entre los candidatos al transplante, el 96% de las intervenciones fueron electivas y se realizaron a efectos de evaluación preoperatoria previa al transplante hepático. Entre los no candidatos a recibir un transplante hepático, la 1/5 parte de los casos se realizaron por cuadros de síndrome coronario agudo (SCA).

El punto final primario (fracaso del abordaje radial) fue bajo y similar en ambos grupos, así como el fracaso en el abordaje, el fracaso vascular y los episodios adversos (hemorragias, isquemias digitales, complicaciones vasculares locales, nefropatía de contraste y mortalidad; tabla 1).

Tabla 1. Resultados del Abordaje Radial: Transplante Hepático frente a No Candidatos al Transplante

 

Candidatos al Transplante
(n = 107)

No Candidatos al Transplante
(n = 964)

Valor P 

Fracaso del Abordaje Radial

10%

7%

0.15

Fracaso Vascular

4%

3%

0.58

Fracaso en el Abordaje

7%

4%

0.16

Mortalidad a los 30 Días

2%

1%

0.51

Episodios Adversos a los 30 Días

1%

1%

0.99

 

Ninguna muerte se asoció a las complicaciones operatorias. Se hizo necesaria una transfusión perioperatoria de productos sanguíneos en 3 candidatos a recibir un transplante hepático y en un no candidato a dicho transplante; cada una de las tres transfusiones en los candidatos a recibir un transplante hepático se iniciaron antes del cateterismo cardíaco por cuestiones de profilaxis hemorrágica.

Se espera que Bajen los Índices de Fracaso

“Estos hallazgos subrayan el perfil de seguridad y eficacia de la cateterización cardíaca transradial en la estratificación preoperatoria del riesgo de los candidatos a recibir transplantes hepáticos,” concluyen los autores.” “La cateterización cardíaca transradial se llevó a cabo, con éxito, en el 90% de los pacientes del grupo candidato a recibir el transplante.”

Advierten que estudios previos han revelado índices similares de insuficiencia transradial, pero que los índices de fracaso suelen ser menores entre operadores altamente experimentados. “Como nuestro centro es un hospital universitario, nuevos operadores suelen estar implicados en la canulación inicial de la arteria radial, lo cul podría contribuir a índices más altos de fracaso en el abordaje. “A medida que vamos teniendo más experiencia en la realización de abordajes transradiales, cabría esperar que el índice de fracaso transradial cayera tanto en los candidatos a recibir transplantes hepáticos así como en aquellos no candidatos a recibir dichos transplantes.”

El Abordaje Radial Reduce las Lesiones Vasculares

Según el Dr. R. Lee Jobe, del Instituto Cardiovascular Wake (Raleigh, Carolina del Norte), los pacientes transplantados “son complicados a la hora de someterlos a la prueba del cateterismo cardíaco porque los pacientes que padecen enfermedad hepática de carácter severo o se encuentran en fase terminal presentan trastornos hemorrágicos y complicaciones y son más propensos a sufrir problemas vasculares secundarios a las hemorragias con cualquier intervención vascular, incluida la prueba del cateterismo cardíaco.”

Esto es lo que hace del abordaje transradial una opción atractiva en tales pacientes, dijo el Dr. Jobe a TCTMD en entrevista telefónica. “La preponderancia de datos de, prácticamente, cada estudio ha revelado que la seguridad que se deriva del cateterismo radial tiene que ver tanto con menos lesiones vasculares como con menos complicaciones hemorrágicas y esto es solo otra población de alto riesgo de complicaciones hemorrágicas,” dijo.

El Dr. Jobe advirtió algunas limitaciones del estudio tales como su falta de aleatorización así como la naturaleza de un único centro. No obstante, el mensaje del estudio está claro, concluyó. “Las intervenciones radiales son más seguras y deberían de ser el abordaje utilizado escogido en toda población de pacientes de alto riesgo de sufrir complicaciones hemorrágicas, incluidos pacientes con enfermedad hepática en fase terminal y candidatos a recibir transplantes hepáticos.”


Fuente:

Huded CP, Blair JE, Sweis RN, et al. Trans-radial cardiac catheterization in liver transplant candidates. Am J Cardiol. 2014;Epub ahead of print.

Declaraciones:

  • Los Dres. Flaherty y Jobe no declararon conflicto de interés alguno.

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