El Estatus del VIH No Influye en la Eficacia de las PCI
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Los pacientes con el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) y que padecen enfermedad arterial coronaria (EAC) y se someten a una intervención coronaria percutánea (PCI) tienen un éxito quirúrgico y resultados comparables a aquellos pacientes que no tienen este virus, por lo que no deberían de excluirse a la hora de ser considerados aptos para esta intervención, según un estudio publicado en Internet el pasado 17 de junio de 2014, previo a su edición impresa en Catheterization and Cardiovascular Interventions. Además, el uso de SLF (stents liberadores de fármacos) parece seguro en estos pacientes y está recomendado como más eficaz que la implantación de stents de metal desnudo (SMD).
El Dr. Ron Waksman, del Centro Hospitalario MedStar de Washington (Washington, DC) y sus colegas analizaron a 112 pacientes consecutivos con VIH que fueron sometidos a una PCI, en su centro, entre abril de 2003 y septiembre de 2011. Para realizar una comparativa de los resultados clínicos a los 2 años, la cohorte se comparó atendiendo a la edad, el genero y el estado diabético con 112 controles sin VIH que también se sometieron a una PCI.
Todos los pacientes recibieron 325 mg de aspirina preoperatoria además de una dosis de carga de entre 300 y 600 mg de clopidogrel. Clopidogrel 75 mg siguió tomándose durante un mes en aquellos pacientes que recibieron un SMD y durante, al menos, 6 meses en aquellos que recibieron un SLF. Las características basales entre uno y otro brazo del estudio fueron parecidas, a excepción de más afroamericanos y de una mayor incidencia de cuadros de insuficiencia renal crónica en el grupo de pacientes VIH-positivos (P < .001 para ambos).
El punto final primario, (revascularización del vaso diana) RVD-MACE, se definió como el compuesto de mortalidad por todas las causas, IM con onda Q y RVD a los 2 años.
Similar Éxito Angiográfico y de RVD-MACE
El éxito angiográfico fue del 98.8% y el uso de SLF del 72% en ambos grupos. A los 2 años, la reestenosis clínica no varió entre los pacientes VIH-positivos y los VIH-negativos (15.4% frente al 9.9%; P = .29).
Tampoco hubo diferencia alguna en el punto final primario durante todo el período de seguimiento (tabla 1).
Tabla 1. Resultados con el Paso del Tiempo según el Estatus del VIHa
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VIH-Positivo (n = 112) |
VIH-Negativo (n = 112) |
6 Meses RVD-MACE Mortalidad por Todas las Causas RVD Trombosis del Stent |
15.2% 12.5% 3.8% 2.7% |
10.7% 8.0% 2.8 0.9% |
1 Año RVD-MACE Mortalidad por Todas las Causas RVD Trombosis del Stent |
21.4% 12.5% 9.9% 2.7% |
14.3% 9.8% 4.9% 0.9% |
2 Año RVD-MACE Mortalidad por Todas las Causas RVD Trombosis del Stent |
31.3% 19.8% 15.4% 3.3% |
21.1% 13.3% 9.9% 1.1% |
aP = sin valor estadístico para todos.
No se observó correlación alguna entre el recuento de linfocitos CD4 nadir, un índice de carga viral, en pacientes VIH-positivos y el grado de dispersión de la EAC.
El análisis multivariado determinó que los predictores independientes del punto final primario fueron los IM agudos en el diagnóstico inicial (CRI-cociente de riesgos instantáneos 2.92; IC del 95% 1.39-6.15; P = .005) y los antecedentes de insuficiencia renal crónica (CRI 2.44; IC del 95% 1.02-5.83; P = .044). El estatus del VIH no fue un predictor.
El análisis post-hoc también confirmó que los pacientes que recibieron un SLF, frente a un SMD, solían tener índices más bajos de RVD-MACE, con independencia del estatus del VIH.
Tranquilidad en lo que a la Seguridad se Refiere
Los autores aseguran que el estudio ofrece importantes hallazgos, incluido:
- El espectro de cardiopatías coronarias es similar en pacientes con y sin el VIH.
- Las PCI resultan seguras y eficaces en pacientes VIH-positivos sin observarse un aumento de los episodios adversos.
- El tratamiento con un SLF resulta seguro y se recomienda en pacientes VIH-positivos.
“Una de las cuestiones que le preocupan a la gente es que los SLF se asociaron a una mayor trombosis del stent que precisó un tratamiento antiplaquetario de más larga duración,” dijo el Dr. Waksman a TCTMD en entrevista mantenida por teléfono. “El estudio nos tranquiliza en el sentido de que los SLF son seguros…con respecto a los pacientes VIH-positivos, nuestra recomendación es que deberían de recibir un SLF porque les va mejor, a nivel general, que con un SMD y, además, no hay ningún problema asociado a ser VIH-positivo.”
Reconoció que las ostensibles mejoras observadas en el manejo de pacientes VIH-positivos, con el paso del tiempo, también influyó en sus hallazgos. “La atención se ha puesto en el tratamiento del VIH…pero creo que era importante decirlo porque muchos pensamos que hubo diferencias en el manejó de estos pacientes cardiópatas,” explicó el Dr. Waksman.
Como los pacientes VIH-positivos que recibieron fármacos antivirales ni toleran fármacos antiplaquetarios de última generación como, por ejemplo, el ticagrelor, explicó, “será interesante explorar las interacciones fármaco-fármaco” más adelante. Quizá “no haya más margen de mejora en los resultados” ya que los pacientes VIH-positivos no están expuestos a los nuevos antiplaquetarios, concluyó el Dr. Waksman.
Fuente:
Badr S, Minha
S, Kitabata H, et al. Safety and long-term outcomes after percutaneous coronary
intervention in patients with human immunodeficiency virus. Catheter Cardiovasc Interv. 2014;Epub
ahead of print.
Declaraciones:
- El Dr. Waksman no declaró conflicto de interés alguno.
Yael L. Maxwell is Senior Medical Journalist for TCTMD and Section Editor of TCTMD's Fellows Forum. She served as the inaugural…
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Sue Chandler