El Soporte Circulatorio Mecánico en la TAVR se asoció a Peores Resultados y Mayores Costes


El uso de dispositivos de soporte circulatorio mecánico (SCM) en pacientes sometidos a TAVR (sustitución de la válvula aórtica mediante técnicas transcatéter) se asoció a una mayor mortalidad intrahospitalaria, a más complicaciones quirúrgicas y costes hospitalarios más altos, según un estudio publicado en Internet el pasado 31 de agosto de 2015, previo a su edición impresa en el American Journal of Cardiology.

 

El Mensaje

Según los autores del estudio, a pesar de sus limitaciones, el estudio “debería de fomentar el debate en torno al uso electivo de los dispositivos de SCM durante la realización de TAVR, sobre todo porque no ha podido confirmarse un beneficio asociado a su uso profiláctico en otros ámbitos incluidas las PCI en ensayos clínicos aleatorizados.”

Los hallazgos “deberían de preocuparnos en lo que se refiere a la utilidad de los dispositivos de SCM durante la realización de TAVR en esta población de riesgo quirúrgico prohibitivo,” según el Dr. Apurva O. Badheka, de Everett Clinic (Everett, WA), y sus colegas.

Los investigadores analizaron los datos de la Muestra Nacional de Pacientes Hospitalarios de 1.794 intervenciones TAVR realizadas en EE.UU. entre 2011 y 2012; el 10.6% acarrearon dispositivos de SCM. El soporte incluyó bypasses cardiopulmonares en el 71.6%, bombas de balón intra-aórtico en el 18.9%, oxigenación con membrana extracorpórea en el 7.4% y dispositivos de asistencia ventricular percutánea en el 2.1%.

Los pacientes que recibieron SCM fueron más propensos a someterse a TAVR transapicales y PCI (intervenciones coronarias percutáneas) y a presentar cuadros de IAM, parada cardíaca y shock cardiogénico que aquellos que no utilizaron un dispositivo SCM. También solían ser más jóvenes, mujeres y presentaban índices más bajos de insuficiencia cardíaca congestiva, enfermedad pulmonar obstructiva crónica y enfermedad arterial periférica (EAP).

El uso SCM se asoció a índices más altos de mortalidad intrahospitalaria, complicaciones quirúrgicas, estancias hospitalarias medias más largas y costes hospitalarios más altos (tabla 1).

Tabla 1. Resultados Intrahospitalarios

 

SCM

(n = 190)

Sin SCM

(n = 1,604)

Valor

P

Mortalidad

14.9%

3.5%

< .01

Complicaciones Quirúrgicas

69.9%

40.3%

< .01

Duración Media de la Estancia Hospitalaria, días

11.8

8.1

< .01

Coste Medio de la Hospitalización

$68,997

$55,878

.03


Además, los pacientes con SCM fueron más propensos a precisar cirugía cardíaca abierta (22.0% vs 0.5%), insuficiencia renal aguda que precisaba diálisis y complicaciones vasculares, cardíacas, respiratorias e infecciosas (P < .01 para todos).

Tras los ajustes multivariados, el uso de SCM fue un predictor independiente de la mortalidad intrahospitalaria (CP-cociente de probabilidades 3.45; 2.57-4.61) y de las complicaciones quirúrgicas (CP 3.27; IC del 95% 2.77-3.87). El análisis emparejado por puntuación de la propensión arrojó resultados similares.

Datos Limitados sobre el Uso de SCM en Intervenciones TAVR

El Dr. Badheka y sus colegas advierten que el ensayo PARTNER excluyó a aquellos pacientes que precisaron dispositivos SCM. No obstante en la práctica diaria, “estos dispositivos pueden utilizarse preventivamente en pacientes con una función ventricular izquierda muy deteriorada, con regurgitación mitral de carácter severo y con una recuperación lenta/aturdimiento derivada de la estimulación ventricular,” así como en aquellos pacientes que toman dosis altas de presores y en aquellos sometidos a PCI de alto riesgo concomitante, aseguran.

Los autores también sugieren que los “SCM podrían hacerse necesarios, de urgencia, en caso de complicaciones perioperatorias amenazantes para la vida tales como taponamientos cardíacos, regurgitaciones paravalvulares de carácter severo, roturas del anillo, perforaciones ventriculares, inestabilidad hemodinámica refractaria médicamente o shock cardiogénico, arritmias ventriculares y obstrucciones coronarias.”

Además, un comunicado de consenso en materia de soporte hemodinámico percutáneo publicado en abril por varias sociedades profesionales cardiovasculares “reconoció que los pacientes de alto riesgo con enfermedades vasculares como una población rápidamente emergente que podría beneficiarse del uso a corto plazo de dispositivos SCM,” reconociendo, al mismo tiempo, los limitados datos disponibles para guiar a los médicos en este campo, aseguran el Dr. Badheka y sus colegas.

El presente estudio carece de datos sobre las indicaciones para así como el timing y la duración del uso del SCM, las variables hemodinámicas y ecocardiográficas y si el uso fue programado o urgente, reconocen los propios investigadores. Aún así los hallazgos “deberían de fomentar el debate sobre el uso electivo de estos dispositivos con intervenciones TAVR, sobre todo porque no ha podido confirmarse, en ensayos clínicos aleatorizados, un beneficio derivado de su uso profiláctico en otros ámbitos, incluidas las PCI,” concluyen. “Por lo tanto necesitamos nuevos datos sobre los perfiles de seguridad y eficacia del uso de dispositivos de SCM del registro TVT contemporáneo.”


Fuente:
Singh V, Patel SV, Savani C, et al. Mechanical circulatory support devices and transcatheter aortic valve implantation [from the National Inpatient Sample]. Am J Cardiol. 2015;Epub ahead of print.

Declaraciones:

  • El Dr. Badheka no declararon conflicto de interés alguno.

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