El Tratamiento con Células Madre Mejora Moderadamente la Función Cardiaca tras un IM Agudo

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Según un análisis a gran escala publicado en Internet el pasado 13 de febrero de 2012 en The Cochrane Library, en pacientes revascularizados contra el infarto agudo de miocardio (IM), el tratamiento con células madre cardiacas parece mejorar moderadamente la función cardiaca, hasta unos 5 años. No obstante, los autores observaron un elevado grado de heterogeneidad en los estudios y advierten que el tratamiento no se ha probado en poblaciones lo suficientemente numerosas como para que se pueda valorar todo su potencial.

Tras consultar casi todas las bases de datos disponibles hasta enero de 2011, el Dr. Enca Martin-Rendon, del Hospital John Radcliffe, con sede en Oxford, Inglaterra, y sus colegas analizaron los datos de 39 comparativas de ensayos (33 ensayos aleatorizados y controlados), en las que participaron un total de 1765 pacientes con IM agudo que habían recibido células madre procedentes de médula ósea adulta. Los pacientes ya habían sido sometidos a revascularización, generalmente con intervención coronaria percutánea (PCI). En 26 ensayos, las células madre se administraron 7 días después del IM agudo.

La revisión es una actualización de un documento de 2008 que únicamente incluía 13 ensayos.

Por lo general, el índice de mortalidad fue bajo en todos los ensayos. El tratamiento con células madre resultó en pequeños descensos no significativos en la incidencia de la mortalidad a corto (15 ensayos registraron: RR 0,75; IC del 95% 0,39-1,46; P = 0,40) y largo plazo (ensayos registraron: RR 0,59; IC del 95% 0,22-1,56; P = 0,29).

En cuanto a la morbididad, se observó el mismo resultado no significativo (un compuesto de reinfarto, readmisión hospitalaria, reestenosis y revascularización del vaso diana -TVR) en los grupos de tratamiento y control, en cada uno de los componentes individuales, independientemente de que el seguimiento fuera a corto o largo plazo.

Se Aprecian Cambios en la Función Cardiaca

Veintitrés ensayos registraron volumen sistólico final ventricular izquierdo. Aunque no se observó diferencia alguna con respecto a los valores basales cuando se hizo medición mediante IRM (P = 0,71), sí hubo una cierta diferencia a favor del tratamiento con células madre cuando se midió el volumen mediante angiografía ventricular izquierda (P = 0,01), SPECT (P = 0,005), y ecocardiografía (P < 0,0001).

Veintiún ensayos registraron volumen diastólico final ventricular izquierdo. Aunque ninguno de estos ensayos registró diferencia alguna con respecto a los valores basales a corto plazo (< 12 meses), el análisis de los ensayos con datos de seguimiento a largo plazo (12 a 61 meses) registró una diferencia en el cambio medio a partir de los valores basales a favor del tratamiento con células madre cuando se hizo medición mediante angiografía ventricular izquierda (P = 0,05), SPECT (P = 0,001), y ecocardiografía (P = 0,0001) pero de nuevo no IRM (P = 0,74).

Treinta y seis ensayos midieron la fracción de eyección ventricular izquierda reducida (LVEF). Durante el seguimiento a corto plazo se observó una diferencia en el cambio medio con respecto a los valores basales a favor del tratamiento con células madre en las IRM (P = 0,02) y angiografía ventricular izquierda (P = 0,004), y SPECT (P = 0,001), pero no se observó diferencia alguna en el análisis mediante ventriculografía radionucleótida (P = 0,71). Para el seguimiento a largo plazo se observaron diferencias en las IRM, SPECT y ecocardiografía.

Nueve ensayos midieron el movimiento de la pared cardíaca. Durante el seguimiento a corto plazo no se observó cambio medio alguno en el movimiento de la pared cardíaca con respecto a los valores basales cuando se hizo medición mediante IRM (P = 0,001).  No obstante, a largo plazo sí se observó diferencia en la puntuación del movimiento de la pared cardíaca con respecto a los valores basales cuando se hizo medición mediante ecocardiografía (P = 0,02) no así mediante IRM (P = 0,14).

Mirando al Futuro

A pesar de haber añadido 20 ensayos más que en la revisión de 2008, los autores del estudio aseguran que los ensayos individuales siguen siendo demasiado pequeños como para demostrar si el tratamiento tiene o no algún efecto en la mortalidad y morbididad.

Según los autores, se necesita seguir trabajando para poder establecer la estandarización del tratamiento con células madre cardiacas, incluido la dosis celular, el timing del trasplante de células y los métodos de para medir la función cardiaca.

"Fue difícil comparar los estudios porque se utilizaron mucho métodos distintos en ellos,” dijo el Dr. Martin-Rendon en un comunicado de prensa. “Ensayos a mayor escala con procedimientos de tratamiento estandarizados nos ayudarían a saber si este tratamiento es verdaderamente eficaz.”

Los autores del estudio apuntan que los ensayos futuros deberían tratar de:

  • Estandarizar métodos y puntos finales relevantes para el ámbito clínico 
  • Definir el compuesto celular y estandarizar los preparados así como la administración de las células 
  • Incluir la selección de pacientes como un prerrequisito para el tratamiento 
  • Incluir abordajes nuevos tales como la ingeniería tisular o celular 

El Dr. Martin-Rendon y sus colegas añadieron que 13 ensayos continuos aleatorizados y controlados cumplen sus criterios y se incluirán en actualizaciones futuras.

Uno de estos ensayos es el BAMI (Células de la Médula Ósea en el Infarto Agudo de Miocardio), que se espera que sea el ensayo a mayor escala del tratamiento con células madre hasta la fecha, con más de 3000 pacientes.


Fuente:
Clifford DM, Fisher SA, Brunskill SJ, et al. Stem cell treatment for acute myocardial infarction. Cochrane Library. 2012;2:CD006536.

Declaraciones:

  • El estudio está patrocinado por el Instituto Nacional de Investigación Sanitaria (Reino Unido) 
  • El Dr. Martin-Rendon no declaró conflicto de interés económico alguno. 

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