En Pacientes IAM, la Ventaja Precoz de Calidad de Vida de los SLF sobre los SMD Desaparece el cabo de 1 Año


Aunque la menor reestenosis de los SLF (stents liberadores de fármacos) con respecto a los SMD (stents de metal desnudo) es un beneficio del que se habla mucho, el impacto de esta diferencia sobre la calidad de vida en pacientes víctimas de IAM es mínimo a los 6 meses y, prácticamente, inexistente al cabo de un año, según un estudio publicado en Internet el pasado 26 de julio de 2015, previo a su edición impresa en el American Heart Journal.

 

El Mensaje

Según el Dr. Jeffrey Moses, la calidad de vida tras la implantación de un stent “está determinada por factores adicionales distintos de la permeabilidad de la arteria.”

“Estos hallazgos sugieren que el tipo de stent no influye, notablemente, en el estado general de salud a largo plazo y que los beneficios primarios a largo plazo de un SLF se limitan a la evitación de intervenciones de revascularización adicionales más que a mejoras en la calidad de vida,” según el Dr. Adnan K. Chhatriwalla, del Instituto del Corazón del Hospital St. Luke's Mid America (Ciudad de Kansas, MO),y sus colegas.

Los investigadores analizaron datos de los registros TRIUMPH y PREMIER de 2.694 pacientes víctimas de IAM (media de edad 59 años; el 70% varones) que recibieron un SLF (n = 1.361) o un SMD (n = 1.333) entre 2003 y 2008. Todos los pacientes fueron valorados utilizando las siguientes métricas:

  • Cuestionario de Anginas de Seattle (SAQ)
  • Formulario Breve de 12 Ítems perteneciente al Estudio de Resultados Médicos (SF-12)
  • Cuestionario de Salud del Paciente de 8 Ítems (PHQ-8)

La mayoría de los pacientes debutaron con cuadros de STEMI (infarto de miocardio con elevación del segmento ST) (59.5%), aunque se diagnosticó enfermedad multivaso en el 41%.

La Calidad de Vida se Iguala con el Paso del Tiempo

Tanto a los 6 como a los 12 meses del seguimiento, se observaron mejoras en la calidad de vida comparado con los valores basales en las tres métricas citadas, con independencia del tipo de stent.

No obstante, en un análisis de emparejamiento por puntuación de la propensión de 784 parejas, el tratamiento con SLF se asoció a mayores mejoras en las puntuaciones SAQ para la calidad de vida y la limitación física que el tratamiento con SMD a los 6 meses, no así a los 12 meses (tabla 1). De hecho, el uso de SLF se asoció a una puntuación SAQ más baja en 1.7 puntos para la satisfacción del tratamiento comparado con el uso de SMD a los 12 meses (P = .031).

Tabla 1. Análisis de emparejamiento por Puntuación de la Propensión: Resultados SAQ

 

Cambio Incremental en la Puntuación:

SLE vs SMD

Valor

P

6 Meses

    Calidad de Vida

   Limitación Física

 

3.6

3.8

 

.007

< .001

12 Meses

    Calidad de Vida

   Limitación Física

 

2.3

0.3

 

.103

.849


No se observó diferencia alguna en la frecuencia de los cuadros anginosos en SAQ, en la estabilidad de la angina en SAQ, en los componentes físicos y mentales en el Formulario Breve de 12 Ítems ni en las puntuaciones obtenidas en PHQ-8 entre uno y otro grupo a tratamiento ni a los 6 ni a los 12 meses. Tampoco se observó diferencia alguna en el tratamiento médico entre el grupo que recibió SMD y el que recibió SLF en ningún momento temporal, a excepción de un mayor uso de tienopiridinas en el grupo SLF tanto a los 6 meses como al cabo de un año.

Un análisis adicional confirmó una respuesta clínica similar entre aquellos pacientes que recibieron SLF y SMD (P = .103).

No obstante, el uso de SLF se asoció a menos nuevas revascularizaciones descritas por los propios pacientes al cabo de un año comparado con el uso de SMD en la cohorte emparejada por puntuación de la propensión (del 7.3% frente al 10.7%; P = .017), observándose, no obstante, una diferencia entre 6 y 12 meses después de la implantación inicial

Entendiendo la Reestenosis

El Dr. Chhatriwalla y sus colegas sugieren dos posibles explicaciones para la ventaja mínima y transitoria en la calidad de vida observada con los SLF.

“En primer lugar, la reestenosis del SMD podría haber sido benigna, a nivel clínico, en muchos casos, una hipótesis avalada por anteriores estudios que han documentado la discrepancia existente entre la reestenosis angiográfica y las revascularizaciones condicionadas por la isquemia en pacientes sometidos a angiografías rutinarias de cribado,” aseguran. “En segundo lugar, los pacientes con reestenosis sintomática podrían haber sido tratados con éxito, médicamente o con nuevas revascularizaciones, entre el 6º y el 12º mes, quedando, así, minimizado el impacto a largo plazo de la opción inicial de uno u otro stent.”

No obstante, en última instancia, los datos indican que a los pacientes la reestenosis, “ya sea tratada médicamente o sometida a una nueva revascularización,” no les pasa factura “en su estado general de salud”, aseguran los autores.

Los Beneficios de los SLF No se ven Confirmados en la Calidad de Vida

En entrevista telefónica con TCTMD, el Dr. Jeffrey W. Moses, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Columbia (Nueva York, NY), dijo que aunque el estudio se basó en una tecnología de stents antigua, sigue siendo relevante en la práctica contemporánea. Según el Dr. Moses, el estudio se reduce a la siguiente cuestión: “¿Hasta qué punto la ausencia de reestenosis influye en todas estas métricas de la calidad de vida? Y resulta que no influye en modo alguno.”

No obstante, señaló que el análisis, aunque emparejado por puntuación de la propensión, no da buena cuenta de todas las razones por las que los pacientes recibieron un SMD y otros SLF. La opción de uno u otro dispositivo puede verse influida por factores que van desde una cirugía programada hasta la fragilidad/debilidad pasando por un alto riesgo hemorrágico, explicó el Dr. Moses. “Estos otros factores podrían ser indicativos de, para empezar, una menor calidad de vida, mezclándose unos con otros. Así que son factores de confusión.”

Además, observó el Dr. Moses, anteriores estudios que han realizado comparativas entre la cirugía y la implantación de stents han confirmado que “aunque las PCI (intervenciones coronarias percutáneas) provocan, sin lugar a dudas, más reestenosis que las CABG (cirugía de bypass aortoroconario con injerto), al cabo de un año, la calidad de vida es la misma. Es por esto que estos episodios de reestenosis de los que hablamos no parecen influir grandemente en la calidad de vida…que viene determinada, sencillamente, por factores adicionales distintos de la permeabilidad de la arteria.”

No cabe duda de que los SLF reducen el índice de reestenosis si los comparamos con los SMD, dijo, y añadió que también parece que reducen los costes y los índices de rehospitalizaciones.

“Estamos presuponiendo que el uso de SLF influirá en la calidad de vida, pero no es así,” concluyó el Dr. Moses.


Fuente:
Chhatriwalla AK, Venkitachalam L, Kennedy KF, et al. Relationship between stent type and quality of life following percutaneous coronary intervention for acute myocardial infarction. Am Heart J. 2015;Epub ahead of print.

Declaraciones:

  • El Dr. Chhatriwalla dijo haber recibido fondos de movilidad de Edwards Life Sciences, Medtronic y St. Jude Medical.
  • El Dr. Moses dijo ser consultor de Abbott y Boston Scientific.

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