Hace Falta un Enfoque Interdisciplinar para Avanzar con el Tratamiento de Células Madre Cardíacas

Recientes ensayos e importantes avances científicos en células madre y biología regenerativa revelan avances prometedores en forma de nuevas opciones de tratamiento contra la enfermedades cardíacas, tal y como aseguran los investigadores en un estudio publicado en Internet el pasado 8 de marzo de 2012, previo a su edición impresa en The Lancet. No obstante, todavía queda mucho trabajo por hacer, según el informe, el primero de una serie de informes que se publicarán en el citado diario sobre tratamientos con células madre.

Para el estudio, el Dr. Kenneth R. Chien, del Hospital General de Massachusetts (Boston, MA) y su equipo revisaron las publicaciones existentes sobre tratamientos con células madre de los últimos 5 años para analizar los avances tanto en la identificación de los mejores tipos de células a usar como en los sistemas más eficaces para la inoculación de dichas células.

Sigue Sin estar Claro cuáles son las Mejores Células

Revisando investigaciones sobre células de la médula ósea, el Dr. Chien y sus colaboradores aseguran que aunque esta opción terapéutica parecía segura y capaz de incentivar las propiedades regeneradoras cardíacas, un reciente nuevo meta análisis muestra sólo una tímida mejora de la fracción de eyección ventricular izquierda (LVEF) tras la inyección de células de la médula ósea.

No obstante, los autores aseguran que, todavía, hay potencial para usar estas células ya que “el pequeño e inconsistente beneficio asociado al tratamiento con células de la médula ósea se atribuyó, inicialmente, al ineficaz sistema de inoculación de las mismas.”

Otra “interesante estrategia” para la reparación cardíaca consiste en aumentar la actividad regeneradora endógena. En teoría, puede hacerse estimulando la expansión de los cardiomiocitos o células progenitoras cardíacas putativas con un fármaco o factor paracrino o bien propagando las células cardíacas con potencial regenerador ex vivo para, luego, implantar dichas células directamente en el área lesionada. No obstante, los primeros intentos con estas técnicas no han dado resultado, advierten los autores.

Los últimos resultados de los ensayos SCIPIO y CADUCEUS no revelan un aumento importante de los efectos secundarios a la inyección de células cardíacas, si bien el SCIPIO mostró una mejora en la LVEF. Los autores advierten de que las “mejoras descritas deben verse desde la cautela, ya que el número de pacientes del brazo a tratamiento de cada estudio fue pequeño…, además, ningún estudio incluyó a un grupo placebo debido la naturaleza invasiva del tratamiento.”

Con respecto a las células progenitoras cardíacas y a los mecanismos a través de los cuales podrían inducir la regeneración, los autores aseguran que todavía hay “lagunas importantes” de conocimiento.

“Aunque las células c-Kit positivas se encuentran en áreas de la lesión cardíaca, que sepamos, no juegan un papel en la respuesta de la lesión,” aseguran. “No existe consenso alguno sobre la definición de fenotipo ni sobre la técnica de aislamiento de estas poblaciones, muchas de las cuales no se han comparado.”

No obstante, el Dr. Joshua M. Hare, de la Universidad de Miami (Miami, FL), aseguró a

TCTMD, en entrevista telefónica, que los autores están “fomentando un punto de vista muy particular” ya que, en la actualidad, el campo de lo que define y constituye una respuesta favorable sigue siendo muy controvertido. Su propio trabajo en sujetos humanos inoculados con células madre en fase de investigación ha hecho que el Dr. Hare sea más optimista.

“Desde un punto de vista más clínico y translacional, estamos viendo respuestas muy positivas con estrategias que implican a células madre mesenquimales y células madre cardíacas,” concluyó.

Proceder con Cautela

En el campo del mapeo del destino genético (un método para establecer la correspondencia que existe entre las células individuales, en una fase del desarrollo y su progenia, en fases más avanzadas del desarrollo) y de las células progenitoras cardíacas endógenas, el Dr. Chien y sus colegas aseguran que la “búsqueda de células madre y factores paracrinos capaces de desencadenar la reparación cardíaca es todo un reto.”

Como la mayoría de insuficiencias cardíacas se atribuyen al campo ventricular izquierdo, dicen que hacen falta más investigaciones sobre el primer campo cardíaco para poder mejorar las capacidades del mapeo del destino genético.

Los autores también advierten del uso clínico de la tecnología de células pluripotentes inducidas ya que la rareza de los fenotipos de las células cardíacas con potencial regenerador hace difícil que se puedan generan las suficientes células como para producir un efecto importante a nivel clínico.

Al examinar el papel que juegan los factores paracrinos en la regeneración cardíaca, los autores coinciden en señalar que juegan “un papel importantísimo” en los mecanismos patofisiológicos cardíacos. No obstante, todavía, “no se conocen la identidad ni las acciones de estos factores putativos.”

Por último, aseguran que el “uso de factores paracrinos para movilizar células cardíacas con potencial regenerador es una estrategia de tratamiento muy convincente, sobre todo, porque se asocia a un menor riesgo de rotura tisular que con la inyección celular.”

Pero según el Dr. Hare, el estudio está “lastrado de declaraciones negativas “ y no nos da el mérito que se merecen los datos que ya tenemos. “No estoy discutiendo haya mejores células en un futuro, lo que estoy diciendo es que los abordajes que se han llevado a cabo ya están dando resultados muy positivos y no se deberían de dejar de lado.”

Por ejemplo, el Dr. Hare citó un estudio sobre células mesenquimales en el que participó, el año pasado, y que fue el artículo más citado de Circulation Research in 2011, un estudio que la presente revisión ni si quiera mencionó.

“Si en la revisión nos limitamos, simplemente, a ignorar un artículo, entonces no estamos haciendo una revisión justa y equilibrada de la literatura médica,” añadió.

La Clave es el Sistema de Inoculación

No importa el tipo de terapia regeneradora cardíaca que utilicemos, los autores subrayan la importancia de que el sistema de inoculación ha de ser “seguro, efectivo y práctico.”

Basándose en las evidencias que ya tenemos, el Dr. Chien y su equipo se muestran escépticos acerca del uso de inyecciones intramiocárdicas mediante abordaje epicárdico ya que existe una posibilidad de formación de un tumor metastásico. El uso de este abordaje resulta “difícil de justificar salvo que otro procedimiento quirúrgico cardíaco, como por ejemplo el bypass aortocoronario con injerto, esté indicado,” aseguran.

Con el abordaje transarterial percutáneo, la menor morbididad operatoria que tenemos se ve compensada por el mayor riesgo de diseminación hematógena así como por la incapacidad de ver directamente el área afectada, advierten. Asimismo, si la región está cerrada, el área diana del miocardio se presenta inaccesible.

Aunque el abordaje transvenoso percutáneo resuelve el asunto de la morbididad, tampoco lo recomiendan por lo “poco eficaz que es el sistema de inoculación y la amplia diseminación existente.”

El mejor sistema de inoculación está por venir, concluyen.

El Apoyo del Gobierno es Clave

Para cubrir todas las carencias descritas, el Dr. Chien y su equipo aseguran que “la creación de equipos interdisciplinares, incluidas sinergias entre universidades y el sector privado,” será importantísimo.

“La terapia regeneradora en las enfermedades cardíacas es una fase importante: romper con las barreras tradicionales entre las distintas áreas de especialización será todo un reto, pero algo necesario, si queremos ir más allá de la biología de las células madre hacia el desarrollo de auténticos tratamientos regeneradores cardiovasculares,” concluyen. “El destino de la próxima generación de científicos en este campo así como el destino de los pacientes que padecen insuficiencia cardíaca, probablemente dependa del resultado.”

En un editorial que acompaña al estudio, el Dr. Dusko Ilic, de la Facultad de Medicina del King’s College (Londres, Reino Unido) y la Dra. Julia Polak, de Imperial College (Londres, Reino Unido) estuvieron totalmente de acuerdo.

“Para mantener viva la esperanza, tanto los gobiernos como el sector privado tendrán que confiar en la investigación en células madres, invirtiendo continuamente en una nueva generación de investigadores que avanzarán con su ciencia y serán capaces de traducir sus descubrimientos en auténticos resultados clínicos,” concluyen.

 


Fuentes:
1. Ptaszek LM, Mansour M, Ruskin JN, et al. Stem Cells 1: Towards regenerative therapy for cardiac disease. Lancet. 2012;379:933-942.

2. Ilic D, Polak J. Stem cell based therapy—where are we going? Lancet. 2012;379:877-878.

 

Declaraciones:

  • Los Dres. Chien, Ilic y Polak no declararon conflicto de interés económico alguno.
  • El Dr. Hare dice haber sido asesor de Kardia.

 

Artículos Relacionados:

Comments