Identificada la FA como un Factor de Riesgo de la NSTEMI Incidental


La fibrilación auricular (FA) se asoció a un riesgo elevado de IM incidental, sobre todo en mujeres, según un estudio publicado en Internet el pasado 27 de abril de 2015, previo a su edición impresa en Circulation. Cuando se analizó según el tipo de IM, no obstante, la relación se aplica solo a los cuadros de NSTEMI (infarto de miocardio sin elevación del segmento ST).

Implicaciones

 Según el Dr. John Erwin, el estudio “aumenta nuestra curiosidad sobre si existe un verdadero papel causativo de la FA en la ocurrencia de IM o si los estados patológicos son, meramente, las vías comunes finales de los factores de riesgo cardiovascular tradicionales.”

 

“Los IM son un factor de riesgo establecido para la ocurrencia de FA y según nuestros hallazgos ahora podemos decir que la FA es también un factor de riesgo para ocurrencia de IM,” según dijo el Dr. Elsayed Z. Soliman, de Wake Forest Baptist Health (Winston-Salem, Carolina del Norte), a TCTMD en comunicación mantenida por email.

El nexo bidireccional, que representa un “cambio del paradigma en la manera de entender la relación existente entre la FA y sus factores de riesgo,” dijo, “resulta intrigante y aboga por analizar la relación existente entre la FA y sus otros factores de riesgo, tales como la insuficiencia cardíaca y la lesión renal crónica.”

Los investigadores examinaron los datos del estudio ARIC (Riesgo de Aterosclerosis en las Comunidades), que sigue a sujetos de 4 comunidades de EE.UU.: el Condado de Washington (Maryland); los barrios residenciales de Minneapolis, (Minneapolis); Jackson (Mississippi) y el Condado de Forsyth (Carolina del Norte). Su análisis incluyó a 14.462 personas (media de edad 54 años, el 56% mujeres, el 26% afroamericanos) libres de cardiopatía coronaria alguna, a nivel basal, entre1987 y 1989 y sometidas a seguimiento hasta 2010. En líneas generales, la FA estuvo presente en 31 participantes, a nivel basal, observándose en 1.514 durante el seguimiento.

Durante un período de seguimiento medio de 21.6 años, hubo 829 NSTEMI (infarto de miocardio sin elevación del segmento ST), 249 STEMI (infarto de miocardio con elevación del segmento ST) y 296 IM sin clasificar. El índice ajustado por la edad de los IM totales fue más alto entre los pacientes con FA que entre aquellos sin dicha patología (11.60 frente a 3.96 por cada 1.000 personas-años), observándose mayores diferencias entre las mujeres y los afroamericanos.

Tras el ajuste multivariado, la FA siguió asociándose a aumentos en los  MI y NSTEMI totales, no así en los STEMI (tabla 1). La diferencia entre las estimaciones del riesgo para NSTEMI y STEMI fueron importantes (P = .004).

Tabla 1. Riesgo de IM: FA frente a Sin FA

 

CRI Ajustado

IC del 95%

IM Total

1.63

1.32-2.02

NSTEMI

1.80

1.39-2.31

STEMI

0.49

0.18-1.34

Abreviaturas: CRI: cociente de riesgos instantáneos.

Los nexos observados entre FA e IM incidental, tanto totales como NSTEMI, fueron más fuertes en las mujeres que en los varones (P < .01 para la interacción).

En los análisis de sensibilidad, agrupar los IM no clasificados como STEMI o NSTEMI no alteró, en modo alguno, los hallazgos.

El Posible Mecanismo, a Estudio

Un estudio anterior del Dr. Soliman y sus colegas que utilizó datos de la cohorte REGARDS reveló que la FA fue un factor de riesgo para los IM incidentales, y el presente análisis refina estos resultados incorporando el tipo de IM. Los hallazgos de que la relación está presente solo para los NSTEMI podría arrojar luz sobre los posibles mecanismos, según los autores.

Esta discrepancia “sugiere que la oclusión total de las arterias coronarias por tromboembolismos directos, por ejemplo, probablemente no sea el mecanismo a través del cual la FA desencadene los cuadros de IM,” dijo el Dr. Soliman a TCTMD en comunicación mantenida por email. “Por otro lado, los factores que contribuyen a la oclusión parcial de las arterias coronarias o a una mayor demanda de oxígeno, probablemente, expliquen dicha relación.”

En un editorial acompañante, el Dr. Michiel Rienstra, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Groningen (Groningen, Países Bajos) y sus colegas debaten la posibilidad de que la FA y el IM estén conectados por factores asociados a una patología vascular subyacente.

“No obstante, la explicación de factores de riesgo compartidos y vías comunes, niega la compleja relación existente entre FA e infarto de miocardio,” aseguran, apuntando a las evidencias que avalan tanto el IM como un factor de riesgo para la FA y viceversa.

El Dr. John P. Erwin III, de Baylor Scott & White Health (Temple, Texas), dijo en comunicación por email con TCTMD que el presente estudio “aumentará nuestra curiosidad sobre si hay un verdadero papel causativo de la FA en los cuadros de IM o si los estados patológicos son, meramente, las vías comunes finales de los factores de riesgo cardiovascular tradicionales y la patofisiología resultante asociada a los propios factores de riesgo.”

“This study is another piece of the puzzle,” he continued, “but shows us how far we’ve yet to go in understanding the complex interplay of mechanisms in cardiac diseases and how to best use that knowledge to combat untoward outcomes related to those disease states.”

“Este estudio es otra pieza más del puzle,” añadió, “pero nos enseña todo lo que nos queda por aprender de la compleja interconexión de los mecanismos existentes en las cardiopatías y cómo utilizar este conocimiento de la mejor forma posible para combatir resultados imprevistos asociados a los distintos estados patológicos.”

El Creciente Problema de la FA

Según los investigadores, el número de pacientes con FA en EE.UU., que se calcula va de 2.7 a 6.1 millones, se duplicará en 2050. Según los resultados que se desprenden del estudio, aseguran, la carga de morbilidad y mortalidad asociadas a la FA, incluido el IM, también irá en aumento.

“En una población cada vez más envejecida como la población norteamericana, esto podría terminar siendo una carga importante para el sistema de asistencia sanitaria,” aseguran. “Tenemos que llevar a cabo iniciativas que nos ayuden a detectar la FA, sobre todo en pacientes de raza negra y en mujeres, y desarrollar herramientas para la estratificación del riesgo a fin de identificar a aquellos pacientes con FA que corren un riesgo alto de desarrollar IM.”

Además, el Dr. Soliman abogó por estrategias encaminadas a reducir el riesgo de IM en pacientes con FA, advirtiendo que “como la oclusión coronaria total por tromboembolismos directos podría no ser el mecanismo principal, los anticoagulantes que suelen prescribe a pacientes con FA para prevenir la ocurrencia de ACV podrían no ser completamente eficaces en la prevención de IM.”

 


Fuentes:
1. Soliman EZ, Lopez F, O’Neal WT, et al. Atrial fibrillation and risk of ST-segment elevation versus non-ST segment elevation myocardial infarction: the Atherosclerosis Risk in Communities (ARIC) study. Circulation. 2015;Epub ahead of print.
2. Vermond RA, Van Gelder IC, Crijns HJ, Rienstra M. Does myocardial infarction beget atrial fibrillation and atrial fibrillation beget myocardial infarction [editorial]? Circulation. 2015;Epub ahead of print.

Declaraciones:

  • El estudio ARIC viene avalado por el Instituto Nacional norteamericano del Corazón, del Pulmón y el Corazón con financiación adicional de la Asociación Americana de Corazón.
  • Los editorialistas confirman haber contado con apoyos de la Iniciativa de los Países Bajos para la Investigación del programa de becas académicas EHRA y de la Organización de los Países Bajos para la Investigación Científica.
  • Los Dres. Erwin y Soliman no declararon conflicto de interés alguno.

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    Todd Neale is the Associate News Editor for TCTMD and a Senior Medical Journalist. He got his start in journalism at …

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