La Aterosclerosis Subclínica y la Demencia se Entrelazan en Pacientes Mayores de 80 Años


Según revela un nuevo estudio, las personas que llegan a los 80 años sin señales de problemas cardiovasculares ni deterioro mental son más propensos a desarrollar demencia que a sufrir una cardiopatía a medida que van envejeciendo. Además, la aterosclerosis subclínica indicada por las calcificaciones de las arterias coronarias (CAC) se asocia a un mayor riesgo de mortalidad a nivel general y de demencia y coronariopatía en ciertos subgrupos.

 

El Mensaje 

Los resultados del estudio “refuerzan la idea de que cuanto más vive una persona, más aumento drástico podemos esperar en la incidencia y prevalencia de la demencia” y que la aterosclerosis probablemente contribuya a estos casos, según los editorialistas.

“Lamentablemente, son muy pocos los sujetos con puntuaciones bajas de CAC por una historia durante toda su vida de factores de alto riesgo cardiovascular,” dijo el autor principal Dr. Lewis Kuller (Universidad de Pittsburgh), a TCTMD en comunicación mantenida por email.

Podría haber “importantes implicaciones clínicas” si los resultados, que se publicarán el próximo 8 de marzo de 2016 en el número del Journal of the American College of Cardiology, se confirman en otros estudios, dijo.

“La prevención y tratamiento agresivos de los factores de riesgo de la enfermedad cardiovascular que empieza a edades tempranas o a durante la mediana edad para evitar el desarrollo y avance de CAC o de la aterosclerosis y la arteriosclerosis podrían no solo aumentar la longevidad y reducir el riesgo de coronariopatía sino también ser un abordaje sumamente eficaz en la prevención de la demencia y, por tanto, aumentar la esperanza de vida activa,” dijo.

Por eso, dijo, “hay una necesidad urgente de validar, más si cabe, estas observaciones en ancianos y probablemente en ensayos clínicos que nos ayuden a determinar si la prevención de la aterosclerosis y la arteriosclerosis reduce la carga de patología cerebral y riesgo de demencia.”

Gracias a las mejoras conseguidas tanto en la prevención como en el tratamiento de la enfermedad cardiovascular, la esperanza de vida media ha aumentado, así como la cantidad de pacientes ancianos en riesgo de demencia. Aunque estudios anteriores han encontrado un nexo que vincula la enfermedad vascular y la demencia, no termina de quedar claro si las personas que sobreviven hasta los 80 años sin presentar una aterosclerosis notable corren menos riesgos de demencia y neuropatología cerebral, según los autores.

Para analizar esa cuestión los investigadores examinaron los datos de 532 participantes en el Estudio Salud Cardiovascular-Estudio de Cognición libres de demencia y enfermedad cardiovascular, a nivel basal, entre 1998 y 1999 (media de edad 80 años) y con varios indicadores de aterosclerosis subclínica disponibles. Se hizo seguimiento de estos participantes hasta 2012-2013 (media de edad 93 años) y fueron sometidos a pruebas neurofisiológicas cada año.

En líneas generales, el 36% de los participantes tenían puntuaciones de CAC por encima de 400. Las mujeres y los pacientes de raza negra solían tener puntuaciones más bajas que los hombres y que los pacientes de raza blanca. Eran pocos los hombres con puntuaciones bajas de CAC.

El Grado de CAC Predice Peores Resultados

Una cuarta parte de los fallecimientos durante el seguimiento se debieron a coronaropatías, el 6% a ACV y el 16% a demencia. Casi 2/3 partes (64%) de los participantes que fallecieron, no obstante, fueron diagnosticados con demencia.

Tener puntuaciones de CAC por encima de 400 frente a puntuaciones por debajo de 10 predijo independientemente la mortalidad total en la cohorte general (CRI-cociente de riesgos instantáneos 1.73; IC del 95% 1.18-2.54). No obstante, cuando estas puntuaciones se desglosaron en género y raza, las puntuaciones de CAC más altas se asociaron a la mortalidad solo en los hombres de raza blanca y en las mujeres de raza negra.

En lo que a la demencia se refiere, la incidencia aumentó con la puntuación CAC solo en mujeres de raza blanca (P =.044), aunque los autores advierten que el análisis se limitó al bajo número de participantes.

La incidencia de la demencia específica de la edad fue mayor que la de la coronariopatía en todas las edades en mujeres y en edades más provectas en hombres, que fueron más propensos a desarrollar coronariopatías que las mujeres.

En líneas generales, tener una puntuación de CAC por encima de 400 se asoció, solo irrelevantemente, al riesgo de enfermedad coronaria incidental (CRI 1.54; IC del 95% 0.83-2.86). Las puntuaciones de CAC más altas, no obstante, se asociaron a riesgos elevados de coronariopatías en varones de raza blanca y en mujeres tanto de raza blanca como de raza negra.

¿Prevenir la Aterosclerosis Reduce la Carga de Demencia?

Los resultados del estudio sugieren que “la prevalencia de la demencia en poblaciones de mayor edad probablemente aumente con las mejoras continuadas que se están haciendo en materia de prevención y tratamiento de las coronariopatías y aumente la longevidad de la población, suponiendo que ningún nuevo tratamiento evite o retrase el debut de la demencia incidental,” aseguran los autores. “Al igual que la edad en el primer ataque al corazón sigue aumentando, la demencia será una importante comorbilidad que influirá tanto en las decisiones de tratamiento como en los resultados.”

Todavía está por ver si prevenir la aterosclerosis servirá para reducir los índices de demencia, plantean.

“Si el retraso o prevención de la aterosclerosis periférica resultara en un descenso o enlentecimiento del avance de la neuropatología cerebral y subsiguiente incidencia de demencia, entonces existe la posibilidad de influir enormemente en reducir la mayoría de demencias a edades muy avanzadas (> 80 años),” aseguran.

“La alternativa,” aseguran, “podría ser un resultado desafortunado: que un control exitoso de los factores de riesgo y el tratamiento de los resultados de la coronariopatía resultan en una epidemia en aumento de la demencia entre los ancianos.”

De hecho, los resultados del estudio “refuerzan la idea de que cuantos más años vivimos, más aumento drástico de la incidencia y prevalencia de la demencia,” sostienen los Dres. Walter Swardfager (Instituto de Investigación Sunnybrook; Toronto, Canadá) y Sandra Black (Centro de Ciencias de la Salud Sunnybrook; Toronto) en un editorial acompañante.

“La aterosclerosis, aunque no se haya manifestado clínicamente, probablemente contribuya a estos casos, lo cual sugiere la importancia del manejo farmacológico y no farmacológico de los factores de riesgo vascular que aparecen durante la mediana edad,” concluyen. “Necesitamos urgentemente contar con biomarcadores predictivos, precisos y bien interpretados y con estudios de intervenciones dirigidas que nos permitan optimizar los resultados cognitivos y funcionales para garantizar una longevidad saludable de cuerpo y mente.”


Fuentes:
1. Kuller LH, Lopez OL, Mackey RH, et al. Subclinical cardiovascular disease and death, dementia, and coronary heart disease in patients 80+ years. J Am Coll Cardiol. 2016;67:1013-1022.
2. Swardfager W, Black SE. Coronary artery calcification: a canary in the cognitive coalmine. J Am Coll Cardiol. 2016;67:1023-1026.

Declaraciones:

  • Este estudio viene avalado por el Instituto Nacional norteamericano del Corazón, del Pulmón y la Sangre, por el Instituto Nacional norteamericano de Trastornos Neurológicos y Accidentes Cerebrovasculares así como por el Instituto Nacional norteamericano del Envejecimiento.
  • Kuller no declaró conflicto de interés alguno.
  • Swardfager dijo estar avalado por la Sociedad Canadiense para la Recuperación de Accidentes Cerebrovasculares, el Departmento de Psiquiatría del Centro de Ciencias de la Salud Sunnybrook, el Programa Hurvitz de Ciencias del Cerebro en el Instituto de Investigación Sunnybrook.
  • Black dijo estar avalado por la Cátedra Brill de Neurología de la Universidad de Toronto, el Departmento de Medicina del Centro de Ciencias de la Salud Sunnybrook, el Programa Hurvitz de Ciencias del Cerebro así como por Toronto Dementia Research Alliance, haber recibido subvenciones institucionales de Biogen Idec, Cognoptix, Eli Lilly, GE Healthcare, Novartis, Pfizer, Roche, Transition Therapeutics, Novartis y Roche y honorarios personales de Boehringer Ingelheim, Merck y Novartis.

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