La Depresión tras una PCI se asocia a Mortalidad a Largo Plazo

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Los pacientes que refieren depresión 6 meses después de someterse a una Intervención Coronaria Percutánea (PCI) tienen un 50% más de riesgo de morir al cabo de 7 años, según los datos de un registro presentado el pasado 16 de marzo de 2012 en el 12º Congreso Anual de Primavera sobre Enfermería Cardiovascular celebrado en Copenhague , Dinamarca.

Para realizar el estudio, la Sra. Nikki L. M. Damen, del Centro Médico de la Universidad Erasmus (Rotterdam, Países Bajos), y sus colegas analizaron los casos de 1.234 pacientes consecutivos del registro RESEARCH (Stent liberador de rapamicina evaluado en el Hospital de Cardiología de Rotterdam), que completaron la Escala Hospitalaria de Ansiedad y Depresión para valorar el estado depresivo 6 meses después de una PCI.  El seguimiento que se les hizo duró, aproximadamente, 7 años.

La prevalencia de la depresión a los 6 meses fue del 26,2% (n = 324) y al cabo de 7 años, el 15,2% de los pacientes (n = 187) había fallecido. La mortalidad por todas las causas fue mayor en los pacientes que refirieron depresión que en aquellos que no (23,5% frente a 12,2%; P < 0,001).

Tras ajustar por posibles factores de confusión, la depresión se asoció a un mayor riesgo de muerte a los 7 años (Cociente de Riesgos Instantáneos, CRI 1,56; IC del 95% 1,03-1,25; P = 0,035). El sexo varón, la edad avanzada y la diabetes también se asociaron de modo significativo a un riesgo más alto; no obstante, el uso de estatinas parece que minimizó dicho riesgo.

Los autores concluyen que “la identificación precoz y el tratamiento de la depresión es importante para reducir los efectos secundarios de la depresión sobre el resultado sanitario.” Es necesario seguir investigando para “examinar el impacto que tiene la depresión sobre la mortalidad a largo plazo, además de sobre la mortalidad a corto plazo,” añadieron.

Las Razones no están Claras

En un intercambio de e-mails mantenido con TCTMD, la Dra. y coautora Susanne S. Pedersen del Centro Médico de la Universidad Erasmus (Rotterdam, Países Bajos) dijo que, aunque las razones que relacionan la muerte y la depresión siguen siendo desconocidas, “una posible explicación podría ser que los pacientes que están deprimidos llevan un estilo de vida poco sano en lo que a fumar, beber alcohol, actividad física y dieta se refiere y quizá sean poco propensos a tomarse la medicación. Otra posible explicación es que la depresión podría alterar la actividad del sistema nervioso simpático, provocando un aumento tanto de la frecuencia cardíaca como de la tensión arterial.”

Pocos estudios han analizado si la depresión es un factor de riesgo independiente de un mal pronóstico en pacientes sometidos a PCI, afirmó la doctora, que añadió que todavía queda mucho trabajo por hacer antes de decidir si esta población podría beneficiarse de las revisiones sistemáticas de su salud mental.

La Dra. Pedersen señaló que no está claro si la depresión per se aumenta el riesgo o si es un marcador de algún otro factor. Es más, para que la depresión esté “en igualdad de condiciones con otros factores de riesgo biomédicos establecidos tenemos que ser capaces de demostrar que si influimos en la depresión mejoraremos la supervivencia de estos pacientes,” subrayó.

Basándose en la literatura médica sobre salud mental, la Dra. Pedersen subrayó que “asumir que hay un remedio universal y que todos los pacientes se beneficiarán de la misma intervención es algo que no se sostiene. Más bien parece que lo importante sería saber cuáles son las preferencias que tiene el paciente sobre uno u otro tipo de tratamiento.”

Otras preguntas sin respuesta son cuál es el momento óptimo para realizar la intervención, ya que la “depresión crónica podría ser más peligrosa y resistente al tratamiento,” en palabras de  la Dra. Pedersen; y también cómo podrían identificarse mejor a los pacientes que padecen depresión clínica y a aquellos que presentan síntomas mínimos, ya que ambos están en situación de riesgo. “La cuestión es cómo abordar este asunto en la práctica clínica,” concluyó.

Detalles del Estudio:

Tres cuartas partes de los pacientes eran varones y la media de edad estaba en torno a los 62 años.

 


Fuente:
Damen NLM, Versteeg H, Boersma E, et al. Depression is independently associated with 7-year mortality in patients treated with percutaneous coronary intervention: Results from the research registry. Presented at: 12th Annual Spring Meeting on Cardiovascular Nursing; March 16, 2012; Copenhagen, Denmark.

 

Declaraciones:

  • La Sra. Damen y la Dra. Pedersen no declararon conflicto de interés económico alguno.

 

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