La Obesidad Mórbida Reduce la Mortalidad intra Hospitalaria en Pacientes víctimas de IAM

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Para avalar, más si cabe, la existencia de la llamada “paradoja de la obesidad,” un extenso análisis poblacional revela que los pacientes que sufren un infarto agudo de miocardio (IAM) y padecen obesidad mórbida corren un menor riesgo de mortalidad intra hospitalaria que aquellos con un menor peso corporal. El estudio se publicó en Internet el pasado 28 de enero de 2013, previo a su edición impresa en el American Journal of Cardiology.

Investigadores dirigidos por el Dr. Shaista Malik, de la Universidad de California, en Irvine (Irvine, CA), estudiaron a 413.673 pacientes víctimas de un IAM de la Muestra Nacional de Pacientes Hospitalizados ingresados en 1.045 hospitales de 44 estados en 2009. Se confirmó obesidad mórbida (IMC ≥ 40 kg/m2) en el 3.7% de los pacientes.

La mortalidad intra hospitalaria fue menor en aquellos pacientes obesos mórbidos víctimas de un IAM que en aquellos con un menor peso corporal se sometiesen, o no, a una intervención, a cateterización diagnóstica, a una PCI o a una CABG (tabla 1).

 

Tabla 1. Relaciones entre Mortalidad y Peso tras Intervenciones Cardíacas

Mortalidad intra Hospitalaria

Obesidad Mórbida
(n = 15.254)

Menor Peso
(n = 398.419)

Valor P

Total

3.5%

5.5%

< 0.0001

En Pacientes No sometidos a Intervención

12.1%

17.8%

< 0.0001

Post Cateterismo Diagnóstico

2.1%

3.8%

< 0.0001

Post PCI

2.3%

2.9%

0.002

Post CABG

2.8%

4.1%

0.0009


Los índices más bajos de mortalidad intra hospitalaria se mantuvieron en los subgrupos de pacientes víctimas de STEMI (4.7% frente al 6.3%; P < 0.0001) y NSTEMI (3.1% frente al 6.3%; P < 0.0001).

Tras el análisis de regresión logística que ajustó por factores tales como la edad, la raza, el sexo, factores hospitalarios y comorbilidades, los pacientes obesos mórbidos siguieron teniendo una menor mortalidad intra hospitalaria (cociente de probabilidades-CP 0.86; IC del 95% 0.78-0.94; P = 0.0008), condicionada por diferencias en pacientes víctimas de NSTEMI, sobre todo aquellos no sometidos a intervención alguna (tabla 2). Las diferencias en la mortalidad desaparecieron en los pacientes víctimas de STEMI.

Tabla 2. Influencia de la Obesidad Mórbida tras Intervenciones Cardíacas en Pacientes NSTEMI

Mortalidad intra Hospitalaria

CP (IC del 95%)

Valor P

Total

0.87 (0.78-0.98)

0.017

En Pacientes No sometidos a Intervención

0.83 (0.71-0.98)

0.026

Post Cateterismo Diagnóstico

0.76 (0.57-1.02)

0.063

Post PCI

0.91 (0.69-1.20)

0.49

Post CABG

0.99 (0.75-1.30)

0.92


Los pacientes obesos mórbidos víctimas de IAM también fueron más propensos que los pacientes de menor peso corporal a someterse a intervenciones cardíacas cuando debutaron con cuadros de STEMI (97.4% frente al 93.8%; P < 0.0001) o NSTEMI (85.5% frente al 80.6%; P < 0.0001). Sin embargo, con independencia del tipo de IAM, los pacientes obesos mórbidos fueron menos propensos a someterse a una PCI (45.1% frente al 52.9%; P < 0.0001) y más propensos a someterse a una CABG (18.6% frente al 10.9%; P < 0.0001). Diferencias que se mantuvieron tras el ajuste multivariable.

Los pacientes obesos mórbidos que sufrieron cuadros de IAM solían ser mujeres (45.8% frente al 36.7%; P < 0.0001), de menor edad (59.6 años frente a. 65.3 años; P < 0.0001), afroamericanas (11.7% frente al 9.2%; P < 0.0001) y tenían una mayor incidencia de patologías comórbidas tales como diabetes (63.4% frente al 33.0%; P < 0.0001), hipertensión (77.3% frente al 67.6%; P < 0.0001) e insuficiencia renal (21.6% frente al 16.7%; P < 0.0001).

“Los resultados de esta extensa cohorte contemporánea nacional…coinciden con el fenómeno conocido como paradoja de la obesidad,” explican el Dr. Malik y sus colegas. “Algunos de los factores que podrían infuir en la mejor supervivencia de los pacientes obesos mórbidos incluyen debutar a una menor edad, la tendencia a debutar con un NSTEMI en lugar de un STEMI así como un mayor índice de derivación para someterse a una CABG.”

El mayor índice de CABG podría explicarse, advierten, por la patología coronaria más extensa inherente a la obesidad mórbida, que precisa revascularización quirúrgica, y la menor edad, factores ambos, que haría que fuesen mejores candidatos para someterse a la cirugía.

El Bajo Peso podría Distorsionar los Resultados

Los autores también aseguran que, en contra de lo descrito por anteriores estudios que investigaron la paradoja de la obesidad, que utilizaron grupos del riesgo más bajo para la comparativa, el presente estudio comparó la obesidad mórbida con otros pacientes, incluido con el bajo peso.

El Dr. Carl J. Lavie, del Centro Médico Ochsner (Nueva Orleans, LA), dijo lo mismo como posible explicación de los resultados. “Son los obesos mórbidos frente a los demás, incluidos los pacientes con bajo peso, los que tienen un peor pronóstico. Mientras aquellos con sobre peso son los que mejor pronóstico tienen, los pacientes con bajo peso lastraron al resto del grupo,” dijo en comunicación por e-mail con TCTMD.

El anterior trabajo del Dr. Lavie versó sobre la llamada paradoja magra. “Podría no tener nada que ver con que a los obesos les va mejor sino con que aquellos pacientes más magros, que desarrollan, selectivamente, patología cardiovascular y específicamente en estos estudios, coronaropatías, son los que, en realidad, tienen un mal pronóstico,” dijo. “El peor pronóstico parece darse en aquellos pacientes que no están en forma, mientras los que sí lo están tienen un mejor pronóstico y no parece haber paradoja de la obesidad por ningún lado.”

El Dr. Lavie subrayó que aunque algunas evidencias sugieren que la obesisdad es profiláctica tras sufrir un IAM, en realidad ésta podría haber sido la causante del infarto inicial. “No es bueno tener obesidad mórbida. Hemos de darnos cuenta de que aunque los pacientes del presente estudio eran muy jóvenes, sufrieron un ataque al corazón,” dijo. “Yo hago guardias en el Ochsner…y se da la circunstancia de que cada vez que atiendo un ataque al corazón es en pacientes veinte y treintañeros y, con frecuencia, en pacientes clase 3 o con ‘obesidad mórbida.’ En cualquier caso, cuando el ataque ya ha ocurrido, no suele ser ‘fatal’ para los obesos ni para los obesos mórbidos ya que suelen tener un pronóstico favorable a corto plazo.”

“En mi opinion, la mayoría de estos pacientes no habría sufrido un ataque al corazón, en primer lugar, si no hubiesen sido obesos u obesos mórbidos,” concluyó.

Fuente:

Dhoot J, Tariq S, Erande A, et al. Effect of morbid obesity on in-hospital mortality and coronary revascularization outcomes after acute myocardial infarction in the United States. Am J Cardiol. 2013;Epub ahead of print.

Declaraciones:

  • Los Dres. Malik y Lavie no declararon conflicto de interés alguno.

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