La Oclusión de la Arteria Radial Post-Intervención Transradial es Habitual pero Puede Tratarse


La oclusión de la arteria radial es algo que ocurre con bastante frecuencia tras las intervenciones transradiales y dada la frecuencia con la que sobreviene esta complicación, los investigadores les recuerdan a los médicos la importancia que tiene hacer una valoración de la permeabilidad arterial y seguir ciertos pasos para garantizar que la arteria permanece abierta.

 

El Mensaje

“Intentar mantener la permeabilidad de la arteria radial es tan importante como la propia intervención,” asegura el autor del estudio.

“Históricamente, cuando se da por concluido un procedimiento en cardiología intervencionista, terminamos y damos de alta al paciente,” dijo el investigador principal Mamas Mamas, Universidad de Keele (Stoke-on-Trent, Inglaterra). “El mensaje que estamos intentando transmitir es que dicha intervención no ha terminado cuando hemos realizado la PCI (intervención coronaria percutánea). La intervención acaba cuando hemos hecho todo lo posible por mantener la permeabilidad radial.”

En una nueva revisión publicada el pasado 25 de enero de 2016 en el Journal of the American Heart Association, Mamas y sus colegas evaluaron la incidencia de la oclusión de la arteria radial en 66 estudios de 31.345 pacientes sometidos a intervenciones transradiales. Mamas dijo a TCTMD que el abordaje transradial es el abordaje que se usa por defecto en Reino Unido, realizando casi el 95% de sus caso a través de la arteria radial, así como en Europa, Canadá y Asia. Aunque todavía no es el punto de acceso o abordaje dominante en las intervenciones que se realizan en EE.UU el uso del abordaje transradial va en aumento entre los médicos norteamericanos.

“Durante los últimos años, ha habido muchas evidencias que sugieren que realizar PCI a través de la arteria radial es mucho más seguro y ha habido interés en la oclusión de la arteria radial,” dijo Mamas. “El problema es que si la arteria radial se tapona, hemos perdido el punto o sitio de acceso para futuras intervenciones. Este es un problema porque sabemos que en casos de alto riesgo, podemos reducir la mortalidad en casi la tercera parte mediante intervenciones radiales.”

En la revisión, que incluyó una mezcla de estudios de cohorte retrospectivos y prospectivos, ensayos aleatorizados y estudios caso-control, la incidencia de las oclusiones de la arteria radial fue de menos del 1% hasta el 33% variando en función del timing de la valoración. Cuando la valoración se hizo durante las primeras 24 horas, a incidencia de las oclusiones de la arteria radial en 24 estudios fue del 7.7%. Cuando las valoraciones se hicieron más allá de la primera semana en 33 estudios, este índice fue del 5.6%.

Hubo muchos predictores distintos de oclusiones de la arteria radial, aunque no todos los factores de riesgo fueron consistentes entre los distintos estudios. La mujeres, los pacientes ancianos y los pacientes más pequeños (es decir, aquellos con poco peso corporal) corrieron un riesgo mucho mayor de desarrollar oclusiones de la arteria radial tras someterse a la intervención transradial. Otras variables asociadas a estas oclusiones fueron tamaños más grandes de las vainas y diámetros más pequeños de la arteria radial. Mamas dijo a TCTMD que suele utilizar catéteres 5 Fr para minimizar el riesgo de lesión radial y trauma.

En líneas generales, el medio más efectivo de reducir el riesgo de oclusiones fue el uso de una dosis más alta de heparina. En el análisis, una dosis de heparina de 5.000 UI se asoció a un menor riesgo que dosis de 3.000 UI (RR-riesgo relativo 0.36; IC del 95% 0.17-0.76). En consonancia con las recomendaciones hechas por la Sociedad para el Estudio de las Angiografías e Intervenciones Cardiovasculares, Mamas dijo que todos los pacientes sometidos a intervenciones transradiales, incluidos los sometidos a intervenciones diagnósticas, deberían de recibir 5.000 UI de heparina para ayudar a que la arteria radial se mantenga permeable.

Unos tiempos de compresión más cortos también se asociaron a un menor riesgo de oclusiones de la arteria radial. La compresión no oclusiva en la que se aplica la suficiente presión de compresión como para cortar la hemorragia pero no para evitar el paso del riego sanguíneo a través de la arteria, es también útil para ayudar a mantener la arteria permeable, dijo Mamas. En caso de que sobrevenga una oclusión, Mamas advirtió que una posible solución sería taponar la arteria ulnar, una técnica desarrollada por el Dr. Ivo Bernat, del Hospital Universitario Pilsen de la República Checa, para forzar el paso de la sangre a través de la arteria radial para recanalización.

“Lo que queremos es poner de manifiesto que cuando realizamos estas intervenciones, intentar mantener la permeabilidad de la arteria radial es tan importante como la propia intervención,” concluyó Mamas.


Fuente:
Rashid M, Kwok CS, Pancholy S, et al. Radial artery occlusion after transradial interventions: a systematic review and meta-analysis. J Am Heart Assoc. 2016;5:e002686.

Declaraciones:

  • Los autores no hicieron declaración alguna sobre posibles conflictos de interés.  

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