Las Mujeres son Menos Propensas que los Hombres a Sobrevivir o a Recibir Tratamiento para Salvarles la Vida tras Sufrir una Parada Cardíaca


Más pacientes sobreviven a paradas cardíacas, hoy, que hace una década, si bien los datos demuestran que las mujeres siguen rezagadas en lo que se refiere a la supervivencia y a ser sometidas a una angiografía o una PCI (intervención coronaria percutánea).

Implicaciones

Según Gordon Tomaselli, “seguimos sin hacer un buen trabajo, del todo, con el diagnóstico específico del género y tratamiento de la enfermedad cardiovascular.”

“Lo bueno es que estamos haciendo progresos en lo que a la mejora de los resultados se refiere,” tal y como aseguró el autor principal Dr. Luke Kim (Facultad de Medicina de la Universidad Weill Cornelj, Nueva York, NY) a TCTMD. “La malas noticias son que hay una clara discrepancia en el manejo de las mujeres con respecto a los hombres…sigue habiendo un abismo importante que tendremos que resolver los médicos y el público en general, para poder optimizar el tratamiento de mujeres cuando entran en parada cardíaca.”

El estudio de Kim, publicado en Internet el pasado 22 de junio de 2016, previo a su edición impresa en el Journal of the American Heart Association, analizó los datos de la Muestra Nacional de Pacientes Hospitalizados sobre hospitalizaciones por paradas cardíacas ocurridas entre 2003 y 2012 en 1.049 hospitales de 45 estados norteamericanos.

La incidencia anual tanto de las paradas, cardíacas, taquicardia ventricular/fibrilación ventricular (TV/FV) como de la actividad eléctrica sin pulso (AESP)/asístole, aumentó un 14% durante el período del estudio. El uso de técnicas terapéuticas tales como la angiografía coronaria, la PCI y el tratamiento dirigido de la temperatura (TDT) también aumentaron durante ese tiempo, pero este repunte fue de varios puntos porcentuales más en hombres que mujeres. Tras realizar los correspondientes ajustes por factores tales como la edad, la salud, las características hospitalarias otras intervenciones cardíacas previas realizadas, las mujeres que habían entrado en parada con ritmo cardiovertible eran:

  • Un 25% menos propensas que los hombres a ser sometidas a una angiografía coronaria.
  • Un 29% menos propensas que los hombres a ser sometidas a una PCI.
  • Un 19% menos propensas que los hombres a ser sometidas a TDT.

El índice de mortalidad intrahospitalaria descendió en ambos sexos (del 68.1% en 2003 hasta el 59.6% en 2012) y, aisladamente, tanto para las mujeres (del 69.1% hasta el 60.9%) como para los hombres (del 67.2% hasta el 58.6%; P para una tendencia < 0.001 para todos). No obstante, durante el período del estudio, en líneas generales, este índice fue mucho mayor en mujeres que en hombres (64% vs 61.4%; P < 0.001), diferencia que fue, incluso, mayor en mujeres que en hombres que entraban en parada TV/FV.

Comparadas con los hombres, las mujeres presentaban varias diferencias fenotípicas en la presentación, incluidas: una mayor edad, más patologías comórbidas, menos probabilidad de padecer EAC (enfermedad arterial coronaria) preexistente a pesar de una mayor prevalencia de factores de riesgo y de una menor probabilidad de debutar con un cuadro de STEMI (infarto de miocardio con elevación del segmento ST) y ritmo cardiovertible.

“Resulta evidente que incluso cuando las mujeres debutan con causas subyacentes tratables de parada cardíaca, estas son tratadas de forma menos agresiva que los hombres,” observó Kim. “Nuestro estudio va en consonancia con unos cuantos estudios publicados que revelan que, en estos casos, a las mujeres no se les ofrecen tantas opciones terapéuticas como a los hombres. Sus médicos de atención primaria, y otros, tampoco les ofrecen pruebas de cribado con tanta frecuencia para poder detectar cualquier problema con antelación.”

Aunque analizar todas las razones que podrían llevar a que exista una diferencia de género va a requerir más estudio, Kim y sus colegas aseguran que estudios realizados con anterioridad sugieren que las mujeres son menos propensas que los hombres a entrar en parada cardíaca en la vía pública y, por lo tanto, a ser asistidas por los viandantes, además, suelen tener una presentación menos típica antes de entrar en parada, lo que a su vez puede acarrear retrasos en el tratamiento y diagnósticos erróneos.

El Tiempo es Supervivencia

Comentando el estudio para TCTMD, el Dr. Gordon F. Tomaselli (Facultad de Medicina de la Universidad Johns Hopkins, Baltimore, MD), dijo que el abismo observado entre uno y otro género no fue ninguna sorpresa y advirtió que incluso cuando la presentación no es exactamente típica, los médicos han de “permanecer alerta” en busca de causas cardiovasculares de enfermedad en mujeres e instaurar tratamientos de forma más agresiva.

Otro importante punto del estudio y un mensaje para el público, dijo Tomaselli, es que “el tiempo es supervivencia, una supervivencia importantísima que no se mide en horas sino en minutos y segundos cuando alguien entra en parada cardíaca.” Reconocer y saber qué hacer cuando alguien entra en parada, como por ejemplo mejorar la circulación cuando un viandante realiza maniobras de RCP, es una pieza clave de este puzle en el que lo que se intenta es mejorar los resultados, explicó.

“Este estudio viene a reforzar la idea de que hemos de estar en guardia y pensar qué cosas podemos tratar en las mujeres, porque a veces no lo hacemos,” dijo Tomaselli. “A pesar de los mensajes contrarios, esto todavía no ha calado en la comunidad de proveedores sanitarios ni en el público. Las cardiopatías son un asesino implacable en mujeres y, en circunstancias agudas, las mujeres deberían de ser tratadas exactamente igual que los hombres si de verdad queremos mejorar la supervivencia.”

El Dr. Paul S. Chan (Instituto del Corazón del Hospital Saint Luke’s Mid America, Ciudad de Kansas, MO), que comentó también el estudio, añadió muchos factores que probablemente tengamos que desentrañar para entender por qué están ocurriendo estas diferencias.

“Se me hace difícil creen que los médicos tomen decisiones en función del género del paciente aún sabiendo que se trata de un paciente apto para recibir tratamiento,” dijo a TCTMD. “Dicho esto, hay que decir que seguimos viendo mucha discriminación en los tratamientos que se instauran basada, solo, en diferencias de género.”

¿Conclusiones Equivocadas?                   

No obstante Chan advirtió que mucha literatura médica asegura que, de hecho, las mujeres tienen más probabilidades que los hombres de sobrevivir a una parada cardíaca intrahospitalaria. “También hemos visto que entre las personas que sobreviven hasta ser dadas de alta tras haber entrado en parada intrahospitalaria, las mujeres tienen más probabilidades de seguir vivas al cabo de uno y tres años. Asimismo, hay quien asegura que en lo que respecta a las paradas cardíacas extra-hospitalarias, las mujeres tienen más probabilidades de sobrevivir desde el sitio en el que entran en parada hasta el momento en el que reciben el alta hospitalaria,” explicó. “Son muchas las cuestiones que permanecen sin respuesta en nuestra mente, como por ejemplo, si los datos captaron, o no, lo que, en realidad, estaban buscando.”

Chan dijo que el uso de datos administrativos puede hacer que saquemos conclusiones equivocadas. Además, los autores del presente estudio combinaron paradas tanto intra como extra-hospitalarias pero no diferenciaron, claramente, ningún subgrupo de pacientes. Esto es un problema, dijo Chan, porque los resultados de ambas suelen ser diametralmente distintos y si hubiese una diferencia en la proporción de hombres y mujeres de cada grupo, quizá esto pudiese explicar parte de la disparidad observada en la supervivencia.

Respondiendo a esto, Kim dijo, “La verdad es que es difícil no catalogar correctamente una parada cardíaca y la cifra, en bruto, de pacientes que pudimos capturar nos lleva a creer que la discrepancia detectada es significativa. Además, las diferencias de género estuvieron muy claras. La discrepancia es lo bastante evidente como para pensar que los hallazgos son reales.”

Tomaselli estuvo totalmente de acuerdo. “Si este fuera un hallazgo sobre un tratamiento deficitario y un mal diagnóstico en mujeres con relación a los hombres podría pensarse que tiene algo que ver con la propia base de datos, pero lo visto coincide con lo que reflejan otras bases de datos que nos llevan a hacernos las mismas preguntas y a tener las mismas preocupaciones, es decir, que probablemente no estemos haciendo un trabajo todo lo bueno que deberíamos con los diagnósticos específicos del género ni con el manejo de la enfermedad cardiovascular.”


Fuente:

  • Kim LK, Looser P, Swaminathan RV, et al. Sex-based disparities in incidence, treatment and outcomes of cardiac arrest in the United States, 2003-2012. J Am Heart Assoc. 2016;Epub ahead of print. 

Declaraciones:

  • Ni Kim, Chan, ni Tomaselli declararon conflicto de interés alguno.
 

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