Las Sociedades Cardiovasculares Abogan por un Sistema de Información Estructurada en los Laboratorios de Cateterismo
La información estructurada sobre las intervenciones realizadas en los laboratorios de cateterización debería de incluir toda información técnica y clínica relevante, de forma consistente, y en un formato en el que los datos se compartan de forma intensiva a través de varios sistemas de tecnología de la información. Este es el objetivo marcado en una nueva declaración de la política a seguir desarrollado por expertos del Colegio Americano de Cardiología (ACC), la Asociación Americana del Corazón (AHA) y la Sociedad para el Estudio de las Angiografías y las Intervenciones Cardiovasculares (SCAI), en colaboración con otras 11 sociedades profesionales.
Este docmento se publicó en Internet el pasado 28 de marzo de 2014, previo a su edición impresa en el Journal of the American College of Cardiology and Circulation.
El comité de redacción, presidido por el Dr. Timothy A. Sanborn, de la Facultad de Medicina Pritzker de la Universidad de Chicago (Chicago, IL), dice que a pesar del apoyo en varios documentos anteriores, “la adopción de un sistema de información estructurado ha sido un proceso lento y que, incluso hoy, la mayoría de la información que se da sobre cateterizaciones se dicta y transcribe en formatos no estructurados.” Además, aún cuando se utiliza un sistema de información estructurado, el abordaje suele ser inconsistente de un laboratorio a otro y de un vendedor a otro, advierten los autores.
Elementos de un Sistema de Información Estructurado
El comunicado sobre la nueva política de información aborda tanto la información final facilitada por el propio laboratorio como el proceso de información. Este último, explican los autores, debería de incluir toda información relevante para la atención clínica y la administración operacional, poniendo el énfasis en los datos, que deberían de ser claros, concisos, estar organizados y ser, relativamente, fáciles de comprender.
Cabe destacar, aseguran los autores, que los elementos de los datos clínicos deberían de estandarizarse para ofrecer la base para una valoración precisa del rendimiento de un operador. La clave de este objetivo es el formateo digital para posibilitar un fácil intercambio de datos con los registros, aseguran.
Además, la adquisición de datos debería de integrarse en el flujo de trabajo natural de una intervención, maximizando la precisión, las diferentes fases de finalización y la eficiencia.
El informe final, que puede generarse de datos del flujo de trabajo, debería de dividirse en 3 secciones:
- Un ‘resumen ejecutivo’ de una sola página de la información más relevante para el manejo del paciente.
- Representaciones gráficas de hallazgos e imágenes específicos de la intervención.
- Todos los datos restantes, presentados en tablas formateadas para servir como referencia para la adherencia regulatoria, a efectos administrativos, de valoración de la calidad, etc.
El contenido específico debería de ser a medida de cada intervención, lo cual puede ir desde la cateterización diagnóstica y la PCI hasta las intervenciones estructurales.
Según los autores, el propósito del informe final es:
- Datos claves del documento utilizados para valorar las indicaciones y conveniencia del tratamiento.
- Aspectos técnicos detallados de las intervenciones.
- Descripción de los hallazgos y la observaciones.
- Lista de los cálculos y resultados.
- Ofrecer la interpretación del caso.
- Incluir recomendaciones para el paciente.
Esta información es vital para una comunicación entre los operadores médicos y el equipo de proveedores sanitarios, que, a su vez, los interpretan para los pacientes, permitiéndoles entender y participar, más plenamente, en su tratamiento, explica el comunicado. El informe final también facilita:
- La facturación y el manejo del inventario.
- La mejora del proceso y del rendimiento.
- El análisis de los resultados del paciente.
- La formación y la educación.
- La participación en registros.
- La valoración de la adherencia con las directrices de práctica clínica.
Adiós a los Dictados
En entrevista telefónica con TCTMD, el Dr. Sanborn dijo que este comunicado sobre la nueva política de información ofrece un modelo de “cómo debería de ser la información estructurada procedente de un laboratorio de cateterismo así como el propio proceso de información.”
“Históricamente, los informes de estos laboratorios eran un tanto farragosos,” advirtió el Dr. Sanborn, “y algunos de los datos importantes se perdían en el texto.” Incluso hoy, la forma en la que estos informes se generan es bastante variable, añadió.
No solo el formato de información recomendado es más claro y conciso, dijo el Dr. Sanborn, sino que “se abstrae de algunas de las bases de datos en las que participamos, tales como el NCDR del Colegio Americano de Cardiología,” que permite a los operadores medir su rendimiento y compararlo a nivel nacional.
Además, un ‘vocabulario’ consistente en el informe resulta importante, subrayó el Dr. Sanborn. “Por ejemplo, queremos saber cuál es la indicación específica para la intervención y, a tal efecto, estos diagnósticos se incluyen junto a sus correspondientes códigos. Este proceso de plantilla te obliga a resumir punto por punto el estado en el que se encuentra el paciente.”
Con frecuencia, algún miembro del laboratorio de cateterismo registra la intervención en apuntes estructurados de forma cronológica, observó el Dr. Sanborn, “no obstante lo que queremos es ser capaces de extraer información para poder ponerla en el informe final. Por ejemplo, si utilizamos un catéter x, y, o z, esto pasa, automáticamente, de los apuntes al informe final, lo cual puede ser de gran ayuda a efectos de inventario.”
Los directores del laboratorio de cateterismo y los administradores del hospital son figuras importantísimas a la hora de implementar este abordaje, explicó el Dr. Sanborn, así como los proveedores de software, también, representados en el comité de redacción; por eso, todos han participado en el diseño de estas plataformas informativas estructuradas. Dijo que tanto él como otros han trabajado con proveedores para garantizar que, por ejemplo, incorporan campos para registrar el volumen de contraste utilizado así como la exposición acumulativa a la radiación, elementos que hasta hace poco se pasaban por alto o se enterraban en los informes. “La mayoría de proveedores ya nos ofrecen el 90% de lo que andamos buscando,” comentó el Dr. Sanborn, que añadió que suelen ofrecer jornadas formativas para aprender a utilizar su software.
El Dr. Sanborn dijo que las plataformas electrónicas aumentan la eficiencia permitiendo que miembros del laboratorio de cateterismo tales como técnicos, enfermeras y otros compañeros puedan introducir datos durante el proceso de flujo de trabajo, lo cual reduce la carga de documentación que han de soportar los operadores médicos, dándoles más tiempo para centrarse en la evaluación y tratamiento del propio paciente, advirtió. Además, las demoras inherentes al antiguo proceso de dictado y transcripción se han eliminado.
¿Una Cuestión Política?
Esta última iniciativa de actualizar los informes emitidos por los laboratorio de cateterismo es, solo, un capítulo dentro de “una larga historia que todavía no ha terminado,” dijo el Dr, Sorin J. Brener, de la Facultad de Medicina Weill Cornell (Nueva York, NY) a TCTMD en entrevista telefónica, que está “asociado al concepto de repositorio nacional” de los datos.
En cierto desacuerdo con las valoraciones de los autores, el Dr. Brener dijo que la mayoría de los laboratorios de cateterismo ya utilizan alguna versión de plataforma de información estructurada como la descrita en el comunicado. “El problema es que no están estandarizados ya que hay muchos proveedores y cada uno genera un informe distinto,” dijo, añadiendo que las plataformas no suelen comunicarse entre sí. Además, resulta difícil y es muy caro cambiar el software, explicó.
Los principales accionistas interesados en adoptar informes estandarizados e interoperativos son las organizaciones nacionales y los pagadores, aseguró el Dr. Brener. “Al final todo es una cuestión de dinero,” dijo. “Si, por ejemplo, mañana los Centros de Servicios de Medicare y Medicaid dijesen, ‘si los laboratorios de cateterismo no ofrecéis informes en este o aquel formato, no os pagaremos,’ estos laboratorios generarían sus informes en el formato solicitado,” comentó, añadiendo que los países con un sistema de atención sanitaria con un único pagador no tienen este problema ya que fijan un estándar a nivel nacional.
“La idea de una plataforma de información estructurada es genial; es su puesta en marcha lo que es problemático,” concluyó, añadiendo que “no es un reto a nivel tecnológico sino una mera cuestión política.”
Fuente:
Sanborn TA, Tcheng JE, Anderson HV, et al. ACC/AHA/SCAI 2014 health policy statement on structured reporting for the cardiac catheterization laboratory: a report of the American College of Cardiology Clinical Quality Committee. J Am Coll Cardiol. 2014;Epub ahead of print.
Declaraciones:
- Los Dres. Sanborn y Brener no declararon conflicto de interés alguno.
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