Los SLF se asocian a una Menor Mortalidad Intrahospitalaria que los SMD para Todas las Indicaciones de las PCI

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Utilizar un stent liberador de fármacos (SLF) en lugar de un stent de metal desnudo (SMD) parece reducir el riesgo de mortalidad intrahospitalaria para todas las indicaciones de las intervenciones coronarias percutáneas (PCI) así como para varios subgrupos de alto riesgo, según un estudio observacional publicado en Internet el pasado 14 de septiembre de 2014, previo a su edición impresa en el American Journal of Cardiology.

“En entornos agudos y cuando la relación médico-paciente es incierta, en ocasiones, los médicos son reacios a utilizar SLF,” dijo el Dr. Apurva O. Badheka, del Hospital Yale-New Haven (New Haven, CT), a TCTMD en comunicación mantenida por email. No obstante, basándose en estos resultados, añadió, “creemos que los SLF deberían de utilizarse, preferencialmente sobre los SMD siempre y cuando sea viable, sobre todo, si tenemos en cuenta que los SLF de última generación son stents muy superiores en pacientes complejos y subgrupos de lesiones a los SMD.”

El Dr. Badheka y sus colegas examinaron los datos de 665.804 intervenciones de implantación de stents, el 76.81% con SLF y el 23.19% con SMD, recopiladas de la Muestra Nacional de Pacientes Hospitalizados perteneciente al Proyecto de Utilización y Costes del Sistema de Atención Sanitaria, entre 2006 y 2011, representativo de casi 3.3 millones de PCI realizadas en EE.UU. durante este tiempo. Los investigadores excluyeron aquellas intervenciones en las que se utilizaron tanto los SLF como los SMD.

La media de edad de los pacientes estuvo en torno a los 64.3 años, siendo 2/3 partes de estos, varones. La mayoría de las intervenciones (el 70.7%) eran intervenciones de urgencia siendo el 40.7% de los pacientes sometidos a PCI por haber sufrido cuadros de IAM.

Los Primeros Resultados son Mejores con los SLF

El índice de mortalidad intrahospitalaria (resultado primario) fue más bajo con los SLF que con los SMD (del 0.49% frente al 1.43%; P < .001), una diferencia que siguió siendo relevante tanto en el análisis multivariado (CP-cociente de probabilidades 0.59; IC del 95% 0.54-0.64) como en el análisis de emparejamiento por puntuación de la propensión  (del 0.7% frente al 1.2%; P < .001).

La diferencia de mortalidad fue congruente en varios subgrupos de alto riesgo, incluidos pacientes con diabetes, IAM/shock o enfermedad multivaso así como en aquellos pacientes de más de 80 años (P < .001 para todos).

Aparte del uso de SMD, otros predictores de una mortalidad intrahospitalaria más alta incluida una mayor carga de comorbilidad (CP 2.70), una mayor edad (CP 1.05), el género femenino (CP 1.19), MI (CP 3.83) y los cuadros de shock (CP 15.26; P < .001 para todos), con hallazgos similares en un modelo que incluyó el volumen de casos por operador. Tanto los operadores (CP 0.74) como los hospitales (CP 0.71) que gestionaban más casos se asociaron a una mortalidad intrahospitalaria más baja.

Las complicaciones también fueron menos frecuentes con los SLF que con los SMD (del 4.6% frente al 6.9%), arrojando índices más bajos de problemas vasculares, cardíacos y respiratorios postoperatorios (P < .001 para todos). Los cuadros de tromboembolismo venoso postoperatorio fueron algo menos comunes con los SLD (del 0.4% frente al 0.6%; P < .001).

Además, en el análisis del emparejamiento por puntuación de la propensión, el uso de SLF en lugar de SMD se asoció a una estancia hospitalaria más corta (2.7 frente al 2.9 días) pero a un coste medio más alto (18.153 dólares frente a 15.692 dólares; P < .001 para ambos).

El Beneficio sobre la Mortalidad Sigue siendo Cuestionable

Aunque ha quedado demostrado que, comparados con los SMD, los SLF reducen el riesgo tanto de reestenosis intra-stent como de RVD (revascularización del vaso diana) a largo plazo, los datos sobre el posible beneficio sobre la mortalidad han sido “cuestionados en el mejor de los casos,” dijo el Dr. Badheka. “Esta falta de diferencias en la supervivencia en los ECA (ensayos controlados aleatorizados) puede atribuirse, en parte, tanto a las poblaciones de bajo riesgo seleccionadas del estudio como a los tamaños relativamente más pequeños de la muestra. Además, varios estudios comparativos no han incluido la última generación de SLF.”

“Creemos firmemente que las nuevas generaciones de SLF ofrecerán resultados superiores a corto plazo, comparado con los SMD y deberían de ser los stents ‘de referencia’ en la mayoría de escenarios clínicos,” añadió. “Esto también tiene su eco en la práctica clínica contemporánea. Los resultados del estudio vienen a confirmar esta hipótesis.”

No obstante, el Dr. Robert W. Yeh, del Hospital General de Massachusetts (Boston, MA), dijo a TCTMD, en entrevista telefónica, que la disparidad observada en la mortalidad podría no deberse a tipo de stent.

“Similar a estudios anteriores, los resultados revelan que los cardiólogos reservan la implantación de stents de metal desnudo para poblaciones mucho más enfermas de pacientes, si lo comparamos con los pacientes que reciben un SLF,” dijo. “Las diferencias observadas en la mortalidad intrahospitalaria, incluso tras los ajustes, probablemente se deban a diferencias no calculadas en las comorbilidades de pacientes que reciben diferentes tipos de stents, a diferencia de las distinciones que confieren los propios stents.”

Añadió que los análisis observacionales que compararon SLF y SMD se complian por el “alto grado de selectividad que utilizan los médicos a la hora de elegir este o aquel tipo de stent para sus pacientes. Aunque recientes estudios nos han enseñado que los SLD de última generación probablemente se asocien a mejores resultados a largo plazo que los SMD, creo que sería un error concluir de este análisis que el simple hecho de elegir un SLF sobre un SMD acarrea descensos importantes de la mortalidad intrahospitalaria en nuestros pacientes.”

Los investigadores reconocen algunas limitaciones del estudio, incluida la incapacidad de establecer relaciones causales y el uso de datos administrativos sobre los ingresos de pacientes hospitalarios, lo cual aumenta la posibilidad de errores en la codificación y excluye le evaluación de resultados a largo plazo y varios parámetros clínicos como, por ejemplo, el uso de agentes antiplaquetarios.

 


Fuente:

 

Badheka AO, Arora S, Panaich SS, et al. Impact on in-hospital outcomes with drug eluting stents versus bare metal stents (from 665,804 procedures). Am J Cardiol. 2014;Epub ahead of print.

Declaración:

  • Los Dres. Badheka y Yeh no declararon conflicto de interés alguno.

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Todd Neale is the Associate News Editor for TCTMD and a Senior Medical Journalist. He got his start in journalism at …

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