No Hay Descenso del Rendimiento Cognitivo a Largo Plazo tras una TAVR

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Aunque son varios los estudios que han descrito la presencia de embolismos cerebrales sileciosos en pacientes tras la sustitución de la válvula aórtica mediante técnicas transcatéter (TAVR), estos episodios parecen no tener efecto alguno en el funcionamiento cognitivo a largo plazo, según los hallazgos publicados en Internet el pasado 15 de octubre de 2013, previo a su edición impresa en Circulation: Cardiovascular Interventions.

Investigadores dirigidos por el Dr. Alexander Ghanem, de la Universidad de Bonn (Bonn, Alemania), estudiaron a 111 pacientes sometidos a una TAVR, valorando su rendimiento cognitivo preoperatorio 3 días, 3 meses, 1 año y 2 año después de someterse a dicha TAVR. Entre otros exámenes, se utilizó la batería repetible para valorar el estado neuropsicológico (RBANS).

Todos los pacientes demostraron tener una función neurológica focal normal pre-TAVR. A excepción de 1 ACV isquémico que sobrevino 8 meses después de la TAVR, no hubo ningún episodio cerebrovascular durante el seguimiento y la función neurológica focal normal quedó demostrada en cada momento del seguimiento. La mortalidad total fue del 31.5% durante el seguimiento.

Antes de la TAVR, el rendimiento cognitivo fue, de media, bajo, (puntuación total media RBANS de 82.9). El descenso cognitivo se indicó en solo 6 pacientes (5.4%) 3 días después de la inervención (puntuación RBANS de 60.0; P < 0.001). Los pacientes que experimentaron un principio de descenso cognitivo postoperatorio revelaron un rendimiento cognitivio preoperatorio similar. En 3 pacientes (2.7%), el descenso cognitivo inicial persistió durante el seguimiento. Hubo aparición tardía del descenso cognitivo en 4 pacientes (3.6%).

La Mayoría No Revela Descenso Cognitivo

El dominio que se vio afectado, con mayor frecuencia, fueron las capacidades visuals y construccionales. Los pacientes con descenso cognitivo tienen más déficits lingüísticos y de atención así como a nivel de memoría tardía e inmediata. La estrecha relación existente entre las puntuaciones RBANS antes y después de la TAVR indican una trayectoria estable del rendimiento cognitivo independientemente del nivel basal. Ninguno de los 105 pacientes sin principio de descenso cognitivo (94.6%) demostraron un importante descenso en más de 1 de los 5 dominios neurocognitivos medidos durante el seguimiento. El descenso cognitivo fue un episodio raro en todo momento durante el seguimiento, si bien el rendimiento cognitivo se mantuvo estable. Al final, se descartó un importante descenso cognitivo durante los 2 primeros años tras la TAVR en la mayoría de pacientes (91%).

Los que precisaron hemodiálisis eran más propensos a sufrir descenso cognitivo 3 días después de someterse a la TAVR (50% frente al 5%; P = 0.009), así como los pacientes que precisaron tiempos quirúrgicos más largos (123 min frente a 85 min; P = 0.03).

Los episodios hemorrágicos no se asociaron al descenso cognitivo, aunque sí parece que hubo una tímida relación con el síndrome de respuesta inflamatoria sistémica. Los pacientes con deterioro cognitivo leve pre-TAVR no sufrieron un mayor deterioro durante el seguimiento.

La Edad, No los Embolismos, se asociaron a una Peor Función Cognitiva

Cincuenta y seis pacientes fueron sometidos a IRM mediante técnica de difusión de imágenes para detectar embolizaciones cerebrales, lo cual se detectó en 36 pacientes (64) con un volumen medio total de 0.7 mL. La embolización cerebral, entre tanto, se descartó en un subgrupo de 20 pacientes. Resulta interesante que el subgrupo que no sufrió ningún episodio embólico tuvo una trayectoria cognitiva parecida a la de los pacientes con embolizaciones. La edad del paciente parece que fue el único factor estrechamente asociado al descenso longitudinal de la puntuacion RBANS total durante el seguimiento (P = 0.012).  Además, 20 pacientes (18%) recibieron protección embólica cerebral con el dispositivo Montage (Claret Medical, Santa Rosa, CA), si bien dicha protección no se asoció a déficits cognitivos precoces (P = 1.00).

“El rendimiento cognitivo a largo plazo se preservó en la inmensa mayoría…de pacientes durante los primeros 2 años tras la TAVR, a pesar del alto riesgo intrínseco de deterioro cognitivo,” concluyen los autores. “Tomados ambos, la trayectoria cognitiva a largo plazo en la mayoría de pacientes sometidos a una TAVR no se ve afectada por el paciente ni por las características quirúrgicas.”

El Dr. Josep Rodés-Cabau, de la Universidad Laval (Ciudad de Quebec, Canadá), avisó que las pruebas neurocognitivas utilizadas en el estudio podría no estar completamente validadas en la población objeto de evaluación. “¿qué grado de sensibilidad tienen estos exámenes cognitivos en este tipo de población? Lo cierto es que no lo sabemos,” dijo a TCTD en entrevista telefónica. “No creo que en este momento sepamos cuál sería el mejor método a emplear en esta población de pacientes TAVI, que son muy ancianos y tienen muchas comorbilidades.”

Los Hallazgos Reflejan la Práctica Clínica

En cualquier caso, los resultados son bienvenidos en un área que el Dr. Rodés-Cabau denominó “controvertida.”

“Creo que los resutados parecen demostrar que a pesar del hecho de que tenemos muchos embolismos cerebrales, esos no parecen estar asociados a un importante deterioro cognitivo,” añadió. “Lo cual es tranquilizador.”

Además, los hallazgos concuerdan con lo que suele verse en la práctica clínica, observó el Dr. Rodés-Cabau. “Cuando hablamos de hallazgos clínicos, seguimos a nuestros pacientes en la clínica TAVI y no solemos tener la impression de que se deterioran en lo que al estado cognitivo se refiere. Esta es nuestra impresión clínica,” añadió. “Con este estudio único no creo que podamos concluir que no haya ningún problema, pero, al menos, no vemos nada catastrófico. Una vez más, esto es algo que concuerda con nuestra práctica clínica.”

El Dr. Rodés-Cabau añadió que detectar deterioros cognitivos menores tal y como lo intentaron los autores del estudio puede ser dificilísimo. “Hay que ser muy meticuloso a la hora de aplicar este tipo de pruebas tan específicas,” concluyó, “porque son pacientes ancianos y no creo que sean fáciles de detectar.”


Fuente:

Ghanem A, Kocurek J, Sinning J-M, et al. Cognitive trajectory after transcatheter aortic valve implantation. Circulation: Cardiovasc Intervent. 2013;Epub ahead of print.

Declaraciones:

  • El Dr. Ghanem dijo haber recibido una subvención de Arbeitsgemeinschaft Leitender Kardiologischer Krankenhausärzte.
  • El Dr. Rodés-Cabau dijo ser consultor de Edwards Lifesciences y St. Jude Medical.

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