Según un Extenso Análisis Europeo el Uso Actual de FAINE se asocia a un Mayor Riesgo de Insuficiencia Cardíaca


El uso de fármacos anti-inflamatorios no esteroideos (FAINE), incluidos analgésicos populares como ibuprofeno, naproxeno y diclofenaco, se asoció a un mayor riesgo de hospitalización por insuficiencia cardíaca, tal y como revela un extenso estudio europeo.

En un estudio del mundo real de casi 10 millones de personas a tratamiento con FAINE de Países Bajos, Italia, Aleania y Reino Unido, los sujetos que tomaban estos fármacos corrían un mayor riesgo, del 19%, de desarrollar insuficiencia cardíaca que anteriores usuarios. Este riesgo varió entre aquellos que tomaban FAINE, asociándose nueve fármacos, concretamente indometacina, diclofenaco, ketorolac, piroxicam, ibuprofeno, naproxeno, rofecoxib, etoricoxib y nimesulide, a riesgos notablemente mayores de insuficiencia cardíaca entre actuales usuarios comparados con antiguos usuarios.

El riesgo de insuficiencia cardíaca entre los usuarios fue el mayor de todos en aquellos que tomaron ketorolax, corriendo estos sujetos un riesgo dos veces mayor de desarrollar insuficiencia cardíaca que anteriores usuarios. Para los que tomaron rofecoxib y etoricoxib, que son inhibidores selectivos de la COX-2, el riesgo de insuficiencia cardíaca aumentó en un 34% y 55%, respectivamente. Entre aquellos que tomaron ibuprofeno, naproxeno y diclofenaco, que son FAINE no selectivos, el riesgo de insuficiencia cardíaca fue un 15%, 19% y 21% mayor, respectivamente, que el de anteriores usuarios.

En su artículo publicado el pasado 28 de septiembre de 2016, en BMJ, investigadores dirigidos por la Dra. Andrea Arfé (Universidad de Milán, Italia), que son parte del Consorcio del Proyecto Seguridad de Fármacos Anti-Inflamatorios No Esteroideos (SOS) aseguran que el estudio confirma anteriores informaciones que aseguraban que los FAINE aumentan el riesgo de desarrollar insuficiencia cardíaca y que la magnitud del efecto varía entre los distintos agentes y dosis utilizadas. “El efecto de cada FAINE podría depender de una compleja interacción entre las propiedades farmacológicas, incluida la duración y grado de la inhibición plaquetaria, el grado de subida de la presión arterial y las propiedades posiblemente únicas a cada molécula,” según los investigadores.

Viene a Confirmar Anteriores Hallazgos

En 2013, miembros de la colaboración de Ensayistas sobre Coxib y FAINE Traditionales (CNT) analizaron 639 ensayos aleatorizados y revelaron que una dosis alta de FAINE aumentaba el riesgo de sufrir episodios vasculares en aproximadamente un 33%, aunque pacece que naproxeno fue la excepción. Tal y como informó TCTMD, el uso de inhibidores de la COX-2, diclofenaco, ibuprofeno y naproxeno aumentó el riesgo de insuficiencia cardíaca.   

El Dr. Gunnar Gislason (Hospital Universitario de Copenhague, Dinamarca), que escribió el editorial que acompaña al artículo del BMJ con el Dr. Christian Torp-Pedersen (Universidad de Aalborg, Dinamarca), dijo a TCTMD que los hallazgos vienen a confirmar anteriores análisis. Si bien los resultados no sorprenden, dijo, el estudio es muy extenso e incluye a múltiples países y bases de datos de diferentes sistemas sanitarios.

La Sociedad Europea de Cardiología (ESC) desaconseja el uso de FAINE en pacientes con enfermedad cardiovascular existente, si bien para aquellos que precisan, absolutamente, estos fármacos, una dosis baja de naproxeno sería una opción a tener en cuenta, dijo. La ESC desaconseja a los pacientes cardiovasculares tomar cualquier inhibidor de la COX-2 ni diclofenaco, un FAINE usado habitualmente que parece acarrear un mayor riesgo que otros agentes, añadió Gislason.

“El problema, como cabía esperar, es que estos fármacos se vente sin receta médica y sin ningún control de los efectos secundarios ni adversos,” dijo Gislason. “Y aunque se venden en dosis bajas, se está mandando un mensaje equivocado. Un paciente normal, alguien que no tiene estos conocimientos ni información sobre los riesgos, confía en autoridades y legisladores en materia de asistencia sanitaria cuando estos le dicen que pueden usar estos fármacos con todas las garantías. Ese es, precisamente, el problema. Se está dando la falsa impresión que los fármacos son seguros.”

La falta de conocimientos sobre los riesgos de desarrollar insuficiencia cardíaca y otros episodios vasculares es especialmente problemática en un paciente enfermo cardiovascular, añadió. “Ocurre que estos fármacos no se venden solo en farmacias, donde se tiene acceso al asesoramiento de un profesional,” dijo Gislason. “Se venden también en tiendas y gasolineras.”

En 2005, la Administración norteamericana para el Control de Alimentos y Fármacos (FDA) exigió a los fabricantes de FAINE con prescripciones comercializadas revisar sus prospectos e incluir una serie de advertencias que indicasen cuáles son los posibles riesgos de sufrir episodios cardiovasculares con estos fármacos, así como el mayor riesgo de sufrir hemorragias graves amenazantes para la vida, como por ejemplo, hemorragias gastrointestinales. En 2015, la FDA consolidó los prospectos existentes para advertir que los FAINE distintos de la aspirina aumentan el riesgo de IM y ACV. Los prospectos “fármacos y hechos” de los FAINE que se expiden sin receta médica también contienen información sobre los riesgos de sufrir IM y ACV.

La FDA afirmó que el riesgo de sufrir IM y ACV puede manifestarse en seguida, aumenta con un uso más prolongado de FAINE y parece mayor en dosis más altas. Aunque la FDA advirtió que el riesgo no parece ser similar en todos los FAINE, los datos no bastaron para recomendar un fármaco en detrimento de otro.

En 2015, el Comité de Valoración de Riesgos en Fármaco-vigilancia de la Agencia Europea del Medicamento (EMEA) Advirtió de un pequeño mayor riesgo de sufrir IM y ACV en pacientes a tratamiento con dosis altas de ibuprofeno (>2.400 mg al día). Dos años antes, la EMA había actualizado la información del diclofenaco, advirtiendo que los FAINE se asocian a un mayor riesgo de sufrir IM y ACV con dosis altas (150 mg al día) tomadas durante largos períodos de tiempo. Como parte de la revisión de 2013, la EMA recomendó a los médicos tomar las mismas precauciones cardiovasculares con el diclofenaco que tomaría con los inhibidores selectivos de la COX-2. 

Casi 10 Millones de Pacientes

En su estudio, el consorcio SOS obtuvo datos procedentes de cinco bases de datos de sistemas de asistencia sanitaria poblacionales incluidos 7.680.181 nuevos usuarios de FAINE entre 2000 y 2010. Entre estos nuevos usuarios de FAINE, había 92.163 ingresos hospitalarios por insuficiencia cardíaca; estos sujetos fueron sometidos a una comparativa con 8.246,.403 controles. Los FAINE más usados, tradicionalmente, fueron el diclofenaco, el nimesulide y el ibuprofeno.   

Además de observar un mayor riesgo de insuficiencia cardíaca con el uso de los actuales FAINE, los investigadores aseguran que en cada uno de los nueve FAINE asociados a la insuficiencia cardíaca, este nexo se mantuvo con independencia de si los pacientes habían sido, o no, hospitalizados por insuficiencia cardíaca. También confirmaron que, en las mujeres, el riesgo estimado de insuficiencia cardíaca con el uso actual de nimesulide, etoricoxib y indometacina fue de menor magnitud que en los hombres. Cuando los investigadores analizaron la dosis, descubrieron que los usuarios que tomaban dosis muy altas de diclofenaco, indometacina, piroxicam y rofecoxib corrían “un riesgo de más del doble de desarrollar insuficiencia cardíaca que anteriores usuarios.”

Además, los investigadores revelaron que los FAINE tradicionales no ofrecían una protección comparable al celecoxib. Comparados con los actuales usuarios del inhibidor de la COX-2, los actuales usuarios de otros FAINE no corrieron un menor riesgo de hospitalizaciones por insuficiencia cardíaca. Los datos no reflejaron que el celecoxib aumentara el riesgo de desarrollar insuficiencia cardíaca en dosis usadas habitualmente, aunque los investigadores aseguran que “no pueden excluir un aumento del riesgo” cuando el fármaco se utilizó en dosis altas, dados los amplios intervalos de confianza para esa clase de dosis.

Hablando para TCTMD, Gislason dijo que los FAINE son un factor para determinados pacientes, pero que, teniendo en cuenta su captación, se utilizan con frecuencia como una “salida fácil.” Los fármacos, dijo, deberían de ser el último recurso para un paciente con dolores. El uso de analgésicos más suaves como por ejemplo el paracetamol es una opción, si bien otras “alternativas como el ejercicio físico y la fisioterapia, incluso la pérdida de peso, pueden ser útiles en algunos de estos pacientes,” sugirió.

Sobre las limitaciones del estudio, Gislason advirtió que el estudio caso-control anidado solo proporcionó información sobre el riesgo relativo de desarrollar insuficiencia cardíaca entre usuarios actuales frente a usuarios anteriores. Datos sobre los riesgos absolutos de los FAINE serían más útiles para los médicos. “Ante un paciente de riesgo muy bajo, un aumento del riesgo, en cualquier cosa, de casi el 20% es muy bajo, es muy poco,” dijo. “No obstante, si nos encontramos ante un paciente de riesgo alto, como por ejemplo, un paciente con enfermedad cardiovascular o un paciente con muchos factores de riesgo de desarrollar enfermedad cardiovascular, entonces un riesgo del 20% puede tener un impacto considerable. Hemos de tener en cuenta cuál es el riesgo individual de cada paciente a la hora de recomendar o prescribir éste o aquel fármaco.”

En el editorial, así como en comunicación con TCTMD, Gislason dijo que con el uso extendido de los FAINE, incluso pequeñas subidas del riesgo cardiovascular es algo preocupante. “Es un problema de salud pública,” concluyó. “Plantea una cuestión de seguridad en materia de salud pública razón por la cual hemos de minimizar el uso de estos fármacos y empezar a considerar otras formas de aliviar el dolor de aquellos pacientes que lo necesiten.”

 


Fuentes:

  • Arfé A, Scotti L, Varas-Lorenzo C, et al. Non-steroidal anti-inflammatory drugs and risk of heart failure in four European countries: nested case-control study. BMJ. 2016; Epub ahead of print.
  • Gislason GH, Torp-Pedersen C. NSAIDs and the failing heart. BMJ. 2016; Epub ahead of print.

Declaraciones:

  • Arfé no declaró conflicto de interés alguno. Las declaraciones de otros autores están disponibles en el artículo del BMJ.
  • Gislason no declaró conflicto de interés alguno.
  • Torp-Pedersen dijo haber asesorado a Bayer en materia de anticoagulación para el manejo de la fibrilación auricular.

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Michael O’Riordan is the Managing Editor for TCTMD. He completed his undergraduate degrees at Queen’s University in Kingston, ON, and…

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