Statins Possibly Protect Against Death, CV Events in Asymptomatic PAD PatientsLas Estatinas Podrían Proteger frente a la Muerte y los Episodios CV en Pacientes EAP Asintomáticos


Los pacientes con EAP (enfermedad arterial periférica) y sin signos de enfermedad cardiovascular obtienen protección frente a la muerte y los episodios cardiovasculares siempre y cuando tomen estatinas, según un estudio observacional.

Cabe destacar que el descenso absoluto del riesgo es “parecido a lo que se logró en prevención secundaria,” tal y como aseguran el Dr. Rafel Ramos, del Instituto Jordi Gol para la Investigación en Asistencia Primaria (Girona, España), y sus colegas, que analizaron a pacientes cuyo índice tobillo-brazo fue registrado en la base de datos de historiales del sistema catalán de salud entre abril de 2006 y diciembre de 2011.

Otra Visión 

Según los editorialistas, el presente estudio “no debería de entenderse como una justificación del cribado generalizado del índice tobillo-brazo” porque “las evidencias disponibles sugieren que el número de personas con un bajo índice tobillo-brazo y sin otra indicación para recibir tratamiento reductor de los niveles de colesterol es pequeño.”

Una posible lección que esto nos deja, según los investigadores, es que “el cribado rutinario del índice tobillo-brazo de la EAP asintomática en la población podría diana podría ser una estrategia útil para poder proceder a identificar candidatos aptos para el tratamiento con estatinas, la mayoría de los cuales no serían considerados candidatos atendiendo a funciones de riesgo.” De hecho, un índice tobillo-brazo <0.95, el valor de corte del presente estudio, podría ser suficiente e indicar, por sí mismo, el uso de estatinas con independencia de otras estimaciones del riesgo, sugieren.

En total, 12.119 de más de 74.000 pacientes de la base de datos cumplían los criterios de inclusión, es decir, un índice tobillo-brazo ≤ 0.95 (pero ≥ 0.40), no habían tomado nunca estatinas, no tenían ninguna enfermedad cardiovascular previa conocida y estaban entre los 35 y los 85 años de edad. Los pacientes fueron divididos atendiendo a si no tomaban estatinas o a si las tomaban por primera vez, lo que quiere decir que recibían su primera prescripción o recomenzaban a tomarlas tras un lapso de, al menos, 6 meses de duración.

Los investigadores identificaron, después, 2.740 pares que fueron emparejados atendiendo a fecha de inclusión y propensión para el tratamiento con estatinas. EL riesgo predicho a 10 años de coronariopatía fue bajo situándose en torno al 6.9%. El seguimiento medio fue de 3.6 años. Aproximadamente, ¾ partes de los pacientes que tomaban estatinas por primera vez presentaban una capacidad baja o moderada de reducir los niveles de colesterol LBD (lipoproteínas de baja densidad)

Los riesgos tanto de MACE (episodios cardiovasculares adversos graves) y mortalidad por todas las causas fueron menores para aquellos pacientes que tomaban estatinas por primera que para los que no recibían dicho fármaco.

Pacientes con EAP Asintomática (Índice Tobillo-Brazo ≤ 0.95): Incidencia por cada 1.000 Personas-Años

 

Nuevos Usuarios de Estatinas

No Usuarios

CRI (IC del 95%)

MACE

19.7

24.7

0.80 (0.66-0.97)

Mortalidad por Todas las Causas

24.8

30.3

0.81 (0.68-0.97)

Abreviaturas: CRI: cociente de riesgos instantáneos. 

El número de pacientes necesarios para tratar al cabo de un año fue de 200 para los MACE y de 239 para la mortalidad por todas las causas.

Comparados con los no usuarios, los pacientes a tratamiento con estatinas no corrían un mayor riesgo de sufrir episodios adversos, aunque sí se observó una cierta tendencia poco importante hacia más casos de diabetes de nueva aparición. La falta de potencial estadístico del estudio podría explicar esta poca importancia, advierten los investigadores y existe, también, la posibilidad “de que cuadros de miopatía o hepatopatía, ambos de carácter leve, pudiesen haberse pasado por alto en los historiales médicos electrónicos.” Tampoco sabemos qué habría sucedido con una exposición más prolongada a las estatinas, aseguran.

Ramos y sus colegas concluyen que los resultados positivos, al proceder de datos observacionales, “podrían no ofrecer suficientes evidencias como para establecer recomendaciones clínicas, aunque, no obstante, justifican la realización de ensayos controlados aleatorizados que nos ayuden a dilucidar esta cuestión.”

En Cualquier Caso, la Mayoría de estos Pacientes eran Probablemente Candidatos a Recibir Estatinas

En un editorial acompañante de los Dres. Mary McGrae McDermott, de la Facultad de Medicina Feinberg de la Northwestern University (Chicago, IL) y Michael H. Criqui, de la Facultad de Medicina de la Universidad de California, San Diego (La Jolla, CA), mostraron, no obstante, cierto escepticismo.

Hoy por hoy, las directrices de la Asociación Americana del Corazón/Colegio Americano de Cardiología (AHA/ACC) recomiendan utilizar el índice tobillo-brazo para cribar grupos de alto riesgo. Aún así, el Grupo de Trabajo norteamericano de Servicios Preventivos concluyó en 2013 “que no contamos con evidencias suficientes para recomendar ni desaconsejar el cribado del índice tobillo-brazo como herramienta para valorar el riesgo cardiovascular en adultos,” señalan.

El presente estudio probablemente no cambie la práctica clínica, si tenemos en cuenta que las directrices AHA/ACC ya dicen que las personas que sufren EAP deberían de recibir tratamiento para reducir sus niveles de colesterol, con independencia de que sean, o no, sintomáticos, y también recomiendan tratamiento con estatinas para la mayoría de las personas con diabetes y para otras en riesgo alto de enfermedad aterosclerótica, aseguran los editorialistas.

“El cribado generalizado del índice tobillo-brazo podría utilizarse para identificar a un gran número de sujetos cuyo índice tobillo-brazo es bajo y que, de otra forma, no serían aptos para recibir tratamiento reductor de los niveles de colesterol,” aseguran. Aún así, el presente estudio no abordó este escenario dado que, por ejemplo, aproximadamente el 72% de los pacientes emparejados eran diabéticos. “No obstante, las evidencias de las que disponemos en la actualidad sugieren que el número de personas con un índice tobillo-brazo bajo y ninguna indicación para recibir tratamiento reductor de los niveles de colesterol es pequeño,” aseguran. “Por lo tanto, los resultados descritos por Ramos et al no deberían de entenderse como una justificación del cribado generalizado del índice tobillo-brazo.”

Dicho esto, la relación existente entre el uso de estatinas y los episodios adversos descrita aquí es “potente” y probablemente haya otros posibles beneficios derivados del cribado del índice tobillo-brazo, admiten McDermott y Criqui, como por ejemplo, “aclarar síntomas vagos en las piernas, cuadros de debilidad y fatiga e identificar el riesgo añadido de sufrir enfermedad cardiovascular que podría motivar una mejor adherencia al tratamiento.”


Fuente: 
1. Ramos R, García-Gil M, Comas-Cufí M, et al. Statins for prevention of cardiovascular events in a low-risk population with low ankle brachial index. J Am Coll Cardiol. 2016;67:630-640.  
2. McDermott MM, Criqui MH. Reducing cardiovascular risk with ankle brachial index screening: new evidence for an old question [editorial]? J Am Coll Cardiol. 2016;67:641-643.

Declaraciones:

  • Ramos dijo trabajar (sin recibir remuneración personal alguna) en dos proyectos sobre atención primaria en Instituto Jordi Gol para la Investigación en Asistencia Primaria financiados por Amgen y AstraZeneca no vinculados, no obstante, con el presente estudio.
  • Ni McDermott ni Criqui declararon conflicto de interés alguno.  

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Caitlin E. Cox is News Editor of TCTMD and Associate Director, Editorial Content at the Cardiovascular Research Foundation. She produces the…

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