Un Comunicado de la AHA Aboga por Formar a Todos los Médicos y Pacientes en materia de Radiación

Se necesita poner en práctica mejores iniciativas formativas para mejorar lo que médicos derivadores y operadores que realizan intervenciones de imágenes cardiovasculares en materia de exposición a la radiación, según un comunicado científico de la Asociación Americana del Corazón (AHA), Avalado por 5 sociedades médicas y publicado el pasado 29 de septiembre de 2014, previo a su edición impresa en Circulation, el comunicado también insta a todos los “accionistas” en diferentes disciplinas a trabajar juntos en la implantación de estándares en materia de formación y educación continua.

“Se precisa formación en materia de beneficios y riesgos de las imágenes así como en los principios de seguridad que rigen la exposición a la radiación para todos los médicos a fin de que puedan hacer un uso óptimo de dichas imágenes, aseguran el Dr. Reza Fazel, del Beth Israel Deaconess Medical Center (Boston, MA), y sus colegas. “Dar a los pacientes el conocimiento necesario sobre los beneficios y riesgos asociados a las imágenes facilitará una participación con fundamento en todas aquellas decisiones relacionadas con su asistencia sanitaria, algo necesario para lograr una asistencia basada en el propio paciente.”

El documento subraya 3 abordajes clave para mejorar la seguridad en materia de radiación en la toma de imágenes médicas: formación, justificación y optimización.

Según el Dr. Fazel y sus colegas, los estudios hechos sobre radiólogos y no radiólogos han revelado, congruentemente “una falta de los conocimientos adecuados entre los médicos en conceptos básicos relacionados, todos ellos, con la exposición a la radiación en la obtención de imágenes médicas. “En un estudio de médicos sobre pacientes sometidos a escáneres mediante tomografías computarizadas (TC) por dolor abdominal y de flancos abdominales, por ejemplo, menos de la mitad de los radiólogos y solo el 9% de los médicos de urgencias eran conscientes de que los escáneres por TC podrían asociarse a un mayor riesgo de cáncer, aseguran.

Atajando las Lagunas de Conocimiento

Una posible explicación para esta laguna de conocimiento, añaden, es la falta de una integración adecuada de esta cuestión en las facultades de medicina y posteriores cursos de postgrado. El comunicado sugiere que las facultades de medicina, conjuntamente con la residencia médica y las becas ofrecen oportunidades cruciales para ofrecer formación en materia de radiación ionizante, algo que debería de reforzarse durante los cursos de postgrado que se realicen. Además, advierte que la formación debería de hacerse sobre “pistas” hechas a la medida de las diferentes necesidades tanto de los médicos que solicitan las imágenes como de aquellos que terminan obteniéndolas.

Sobre todo, los médicos que obtienen imágenes cardíacas, incluidos los cardiólogos intervencionistas y los electrofisiólogos, deberían de demostrar conocimientos adecuados sobre técnicas contemporáneas en materia de optimización de dosis tanto pacientes así sobre técnicas para minimizar la dosis por parte de operadores y personal relacionado. También deberían tener conocimientos sobre el uso rutinario de los criterios de uso apropiado (AUC).

La formación en esta área también debería de “desarrollar la capacidad del aprendiz de comunicar estas complejas cuestiones científicas de forma que los pacientes puedan entenderlas,” recomienda el comunicado.

No obstante, desarrollar el currículum necesario, dicen el Dr. Fazel y su equipo, precisará una estrecha colaboración entre los “accionistas más relevantes” incluida la Fundación del Colegio Americano de Cardiología, la Junta Nacional Americana de Medicina Interna, la Junta Americano de Radiología y el Consejo Norteamericano para la Formación Médica Universitaria. El comité de redacción, también, recomienda exigir que los médicos que realicen estudios de imágenes con radiaciones ionizantes asistan a sesiones formativas, en congresos científicos nacionales o en sus respectivos centros y obtengan las credenciales necesarias en intervenciones seguras en materia de radiación.

Mientras pone de manifiesto la toma de decisiones compartida, el comité de redacción, también, reconoce que una comunicación eficaz y integral con los pacientes puede ser todo un desafío dada la naturaleza técnica de las conversaciones en materia de radiación. Para hacerlo, todo, un poco más fácil, recomiendan:

 

  • Utilizar un lenguaje sencillo que ponga de manifiesto los beneficios de un diagnóstico preciso así como la importancia de una detección e intervenciones terapéuticas tempranas
  • Afirmar que los estudios de imágenes son apropiados (o inciertos/podrían ser apropiados) según los AUC o los criterios de uso apropiado de las imágenes
  • Permitir a los pacientes hacer preguntas
  • Abordar, directamente, las preocupaciones tanto de los pacientes como de las familias sobre los riesgos que conlleva la radiación ionizante, los medios de contraste y la anestesiaComparar los riesgos de exposición a la radiación con tareas que realizamos, cada día, como por ejemplo conducir el coche

 

Mejor Conocimiento por parte de los Pacientes y Mejor Seguimiento

El documento también aborda la cuestión del consentimiento informado en el contexto de la toma de decisiones compartida. Para intervenciones cardíacas no urgentes guiadas por fluoroscopia tales como PCI, intervenciones cardíacas estructurales e intervenciones electrofisiolóficas, dentro del proceso “debería de incluirse debatir sobre la posibilidad de exceder los umbrales para los efectos deterministas de la exposición a la radiación,” incluida la pérdida de cabello y la lesiones cutáneas. El Dr. Fazel y sus colegas recomiendan que a los pacientes se les ofrezca formación postoperatoria en materia de exposición a la radiación antes del alta y durante el seguimiento.

Los datos sobre la exposición a la radiación han de estar disponibles, a nivel público, sostiene el comunicado. En la actualidad, la exposición resultante de intervenciones específicas en materia de imágenes cardíacas no queda registrada ni archivada, de forma rutinaria, advierten el Dr. Fazel y sus colegas, si bien la mayoría de dispositivos de imágenes sí registran dicha información. Recomiendan que todos los centros que realizan imágenes cardíacas lleven “un registro con datos en materia de radiación en una base de datos, a tal efecto, que quede archivada y que se inspeccione, con regularidad, para el control de la calidad y poder hacer comparativas de mercado.” Además, abogan por una selección rutinaria y obligada de los datos disponibles en materia de radiación de estudios clínicos, que podrían utilizarse para desarrollar niveles de referencia diagnóstica para poblaciones específicas de pacientes.

“Por último, el repertorio, en continua expansión, de técnicas que permiten la obtención de imágenes de alta calidad con menos exposición a la radiación debería de utilizarse siempre y cuando fuera posible,” concluyen el Dr. Fazel y sus colegas. “La implementación de estas estrategias en la práctica es necesario para lograr imágenes centradas en el paciente de alta calidad y precisará un esfuerzo e inversiones compartidos por todo los accionistas, incluidos médicos, pacientes, organizaciones educativas y científicas nacionales, políticos y la propia industria.”

 


Fuente:
Fazel R, Gerber TC, Balter B, et al. Approaches to enhancing radiation safety in cardiovascular imaging: a scientific statement from the American Heart Association. Circulation. 2014;Epub ahead of print.

 

Declaración:

 

  • El Dr. Fazel no declaró conflicto de interés alguno.

 

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