Un Curso Corto en materia de Seguridad para Operadores Reduce la Dosis de Radiación en Pacientes

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Además de la formación obligatoria en materia de seguridad que precisan los centros, la participación de cardiólogos intervencionistas es un curso de apoyo de 90 minutos logra reducir, notablemente, la dosis por paciente, según un estudio alemán publicado en Internet el pasado 19 de marzo de 2014, previo a su edición impresa en JACC: Cardiovascular Interventions.

El Dr. Eberhard Kuon, de Fraenkische Schweisz (Ebermannstadt, Alemania), y sus colegas invitaron 177 intervencionistas experimentados de 32 centros alemanes participantes en un seminario in-house de 90 minutos sobre seguridad en materia de radiación, denominado ELICIT (Técnicas Intervencionistas Cardíacas para Fomentar Menos Irradiaciones), celebrado entre los años 2003 y 2009. Un total de 154 médicos completaron el taller voluntario, si bien 23 cardiólogos de 13 centros no pudieron participar “debido a obligaciones diarias, a enfermedad o a estar de vacaciones, incluidos algunos colegas que ya se consideraron lo bastante formados en prácticas intervencionistas optimizadas por dosis,” según el estudio.

Durante un período medio de 3.7 meses, el equipo de investigación documentó resultados de 10 intervenciones femorales electivas y consecutivas para todos los intervencionistas. El producto dosis-área (PDA) medio administrado, por los participantes, a los pacientes durante angiografía coronaria se redujo en un 48.8%. Además, el descenso concomitante del PDA radiográfico del 48.7% resultó tanto en menos pasadas radiográficas como en una mejor colimación, o precisión (tabla 1).

Tabla 1. Resultados Medios en Pacientes de Operadores Participantesa

Antes del Curso

Después del Curso

PDA, Gy x cm2

26.5

13.7

PDA Radiográfico, Gy x cm2

19.7

10.1

PDA Radiográfico/frame, mGy x cm2

27.7

20.1

Estructuras Radiográficas

726

511

Pasadas Radiográficas

11

10

Tiempo de Fluoroscopia, segundos

159

126

 

a P < 0.001 para todos.

Los cardiólogos que no pudieron asistir al curso empezaron a partir de un nivel basal total del PDA más bajo. No obstante, los parámetros alcanzados, según la dosis, se mantuvieron inalterados en la comparativa univariable que se hizo.

El análisis multivarible reveló que tanto las fracciones del PDA más altas como las intensidades de dosis se correlacionaron con un IMC más alto, una mayor edad y con el sexo masculino (P < 0.001 para todos). Dicho análisis también confirmó el efecto que tuvo el curso sobre el PDA (-14.7 Gy x cm2) así como sobre todas las variables intervencionistas influidas por la dosis.

“La correlación positiva entre el IMC, la edad y el sexo masculino y las fracciones del DAP y las intensidades de la dosis confirma nuestras anteriores expectativas y nos hace reflexionar sobre la necesidad de más pasadas y tiempos más largos de fluoroscopia a una mayor edad (lo cual, a su vez, se deriva de una mayor complejidad de las cardiopatías esperadas),” aseguran el Dr. Kuon y sus colegas. “A pesar de su potencial técnico a la hora de reducir la radiación, incluida la colimación sin fluoroscopia, la selección adaptativa del ritmo o pulso cardíaco, así como la propia tecnología del detector de ahorro de radiación, no cabe ninguna duda de que los sistemas avanzados de cateterización de última generación generaron un DAP radiográfico más alto.”

Cambiar la Prioridad del Operador es un ‘Reto Importantísimo’

Los autores aseguran que el “reto más importante al que se enfrenta cualquier iniciativa de protección radiológica” es implementar los principios alcanzables más bajos que sea posible alcanzar desde un punto de vista razonable, en la evaluación de dosis “como parte de las actitudes del operador y de la práctica diaria,” lo cual precisará de “una cooperación sin reservas por parte de médicos y cardiólogos en cada biblioteca de cateterización,” aseguran.

En un editorial que acompaña al estudio, el Dr. Charles E. Chambers, del Centro Médico Hershey de Penn State (Hershey, PA), dijo, “los posibles beneficios que, para todos los operadores, con independencia de su nivel de perfeccionamiento (alcanzado o percibido), tiene recibir una formación adecuada en materia de seguridad radiológica con actualizaciones regulares no debería infravalorarse.”

Subraya cuáles son las responsabilidades, en materia de liderazgo, del cardiólogo intervencionista:

  • Establecer un programa seguro de radiación incorporando al médico.
  • Requerir y documentar el programa de formación adecuado, tanto inicial como progresivo, en materia de seguridad radiológica.
  • Adquirir y operar, adecuadamente, equipos de imágenes capaces de limitar la dosis
  • Utilizar protección tanto por encima como por debajo de la mesa así como ropas y gafas protectoras.
  • Portar, obligatoriamente, un dispositivo para calcular la dosimetría.
  • Manejar la dosis de radiación de principio a fin.
  • Establecer parámetros de seguimiento acompañados de políticas para los pacientes que reciben dosis altas de radiación.

El Dr. Stephen Balter, del Centro Médico de la Universidad de Columbia (Nueva York, NY), estuvo de acuerdo y añadió que los médico de medicina general “suelen relajarse cuando se trata de programas de formación salvo que se les recuerde periódicamente.” En este centro, dijo el Dr. Balter, dirige una conferencia anual para reciclar al personal del laboratorio de cateterismo; conferencia que ha contribuido a reducir “la dosis que reciben nuestros pacientes no seleccionados” en cuatro años, en casi un 35%.

La Durabilidad de la Educación sigue siendo un Problema

El Dr. Balter dijo que los resultados del estudio son razonables aunque se cuestionó la durabilidad del curso único, añadiendo que sería interesante conocer los resultados de un estudio de seguimiento de un año de duración de los operadores participantes sin formación.

Además, dijo, futuras investigaciones deberían de centrarse en determinar si “la formación podría hacerse en menos tiempo para los médicos,” sobre todo, teniendo en cuenta que los participantes del estudio ya habían participado en un programa de formación de seguridad alemán, obligatorio, de ocho horas de duración.

“Uno de los problemas es que la complejidad de las intervenciones es, cada vez, mayor y, al final, termina siendo imposible reducir más la radiación sin comprometer los beneficios médicos,” explicó el Dr. Balter. “Por eso los formadores han de ser susceptibles al hecho de que lo que intentan los médicos es atender a personas enfermas. La radiación debería de ser lo bastante inocua como para que la atención clínica no se viese comprometida, aunque no necesariamente mejor.”

Detalles del Estudio

Un total de 26 centros utilizaron sistemas tradicionales, más antiguos, de cateterización con un intensificador de imágenes y 6 centros emplearon sistemas de adquisición de panel liso de última generación. A cada intervencionista le enseñaron a utilizar el mismo equipo antes y después del curso.


Fuente: 

1. Kuon E, Weitmann K, Hoffmann W, et al. Efficacy of a minicourse in radiation-reducing techniques in invasive cardiology: a multicenter field study. J Am Coll Cardiol Intv. 2014;Epub ahead of print.

2. Chambers CE. Mandatory radiation safety for fluoroscopy imaging: a quality improvement priority or unnecessary oversight? J Am Coll Cardiol Intv. 2014;Epub ahead of print.

Declaraciones:

  • Los Dres. Kuon, Chambers y Balter no declararon conflicto de interés alguno.

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