Un Estudio Explora un Posible Mecanismo para Explicar la Relación entre Contaminación Ambiental y Enfermedad Cardiovascular

Ofreciendo un posible mecanismo que explicaría la asociación establecida entre exposición a la contaminación ambiental y enfermedad cardiovascular, un nuevo estudio revela que los adultos jóvenes, sanos y que no fuman revelan evidencias de lesiones endoteliales e inflamación sistémica en fechas del año en las que respiran niveles elevados de partículas en suspensión.

“No cabe ninguna duda de que estos sujetos sanos y jóvenes, la lesión vascular inicial que observamos probablemente sea menor. No resulta en síntomas clínicos,” tal y como aseguró el autor principal, Dr. C. Arden Pope III (Universidad Brigham Young, Provo, UT) a TCTMD. “No obstante, las evidencias generales sugieren que una exposición repetida y prolongada terminará contribuyendo al avance de la enfermedad vascular, entonces, en aquellos con enfermedad más avanzada, incluso las exposiciones a corto plazo aumentarán el riesgo de episodios amenazantes para la vida tales como ataques al corazón y ACV.”

Los hallazgos deberán ser replicados pero coinciden con lo apuntado por anteriores estudios epidemiológicos que revelan que en períodos largos de tiempo, las personas expuestas a más contaminación ambiental corren el riesgo de fallecer prematuramente de enfermedad cardiovascular, dijo Pope.

Cabe destacar, añadió, que “los resultados sugieren que la exposición debe ser objeto de preocupación para todos los que estamos expuestos, no solo para sujetos con enfermedad respiratoria o cardiovascular existente.”

Señales de Problemas en Sangre

La relación existente entre contaminación ambiental y enfermedad cardiovascular se hizo evidente, por primera vez, hace 20 años, según Pope, que dijo que al principio era “muy escéptico” al respecto. No obstante, nuevas investigaciones le convencieron de lo contrario y, al final, terminaría por convertirse en coautor de un documento científico de la Asociación Americana del Corazón en materia de contaminación ambiental y enfermedad cardiovascular, publicado, por primera vez, en 2004 y luego actualizado en 2010.

“Es, ya, evidente que la contaminación ambiental contribuye a la enfermedad cardiovascular,” explicó Pope, que añadió que hay en marcha una investigación para detectar cuáles podrían ser los posibles mecanismos.

En el presente estudio, publicado en Internet el pasado 25 de octubre de 2016, previo a su edición impresa en Circulation Research, Pope y sus colegas exploraron esa cuestión midiendo los niveles de varios biomarcadores en sangre de adultos sanos y jóvenes en fechas del año con niveles variables de contaminación ambiental por partículas finas en suspensión (PM2.5).

El estudio incluyó tres grupos de 24 personas de la ciudad de Provo de quienes se tomaron muestras de sangre durante tres períodos consecutivos invierno/primavera: de enero a marzo de 2013, de enero a marzo de 2014 y de diciembre de 2014 a abril de 2015. Provo está ubicada en el Valle de Utah; el área tiene períodos predecibles durante los cuales las capas de nieve, una presión barométrica relativamente alta y las condiciones atmosféricas estancadas se combinan para atrapara la contaminación ambiental, resultando en niveles más altos de exposición para los residentes.

Los investigadores descubrieron que cuando la contaminación ambiental de partículas en suspensión era elevada, los niveles de micropartículas endoteliales indicativas de daño endotelial y células inmunológicas también subían. Además, los niveles circulantes de factores de crecimiento proangiogénico eran más bajos y los niveles de citoquinas antiangiogénicas y proinflamatorias y de moléculas de adhesión endotelial eran más altas, provocando un aumento de la inflamación sistémica.

Una intervención con suplementos de aceite de pescado no logró mitigar los efectos de la exposición, dijo Pope.

Siguientes Pasos

Pope dijo que hay muchas posibilidades de investigación en esta área, empezado con la replicación de estos hallazgos por otros grupos, sobre todo en partes del mundo con niveles mucho más altos de contaminación ambiental.

También dijo que le gustaría que hubiera más investigación en posibles investigaciones encaminadas en disminuir los efectos adversos de la exposición a la contaminación ambiental. Aunque los suplementos de ácidos grasos omega 3 no influyeron en la realización del presente estudio, Pope dijo que es posible que el abordaje funcionara en un estudio más extenso o con dosis más altas. Se refirió a estudios anteriores que revelaron que el aceite de pescado reduce el impacto de la contaminación ambiental en la función autonómica cardíaca.

Otras posibles áreas de investigación, dijo, son los efectos del tratamiento con estatinas y las relaciones en poblaciones más ancianas y más enfermas.

Por último, la contaminación ambiental parece ser, sólo, una pequeña parte de los factores que determinan una buena salud cardiovascular

“Descubrimos que la exposición a la contaminación ambiental explicaba, sólo, una pequeña cantidad de la variabilidad observada tanto en las micropartículas endoteliales como en los marcadores de inflamación, sugestivo de que la exposición a la contaminación ambiental es uno de los múltiples factores que influyen en la salud cardiovascular,” concluyen los investigadores.

 

L.A. McKeown de TCTMD ha contribuido a la realización de este artículo.

Todd Neale is the Associate News Editor for TCTMD and a Senior Medical Journalist. He got his start in journalism at …

Read Full Bio
Sources
  • Pope CA III, Bhatnagar A, McCracken JP, et al. Exposure to fine particulate air pollution is associated with endothelial injury and systemic inflammation. Circ Res. 2016;Epub ahead of print.

Disclosures
  • Este estudio viene avalado por subvenciones concedidas por los Institutos Nacionales de Salud de EE.UU.
  • Pope no declaró conflicto de interés alguno.

Comments