Un Estudio Observacional Revela los Beneficios Reales de Pacientes a Tratamiento con AGPI Post-IAM


El uso de ácidos grasos poli-insaturados (AGPI) n-3 tras sufrir un IAM se asocia a descensos en la mortalidad e IAM recurrentes, incluso después de controlar por otros factores relevantes asociados al uso de AGPI, según un estudio retrospectivo publicado en Internet el pasado 17 de noviembre de 2015 en el American Journal of Cardiology.

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Las dudas sobre el uso de AGPI en materia de salud cardíaca datan de la década de 1970, cuando se descubrió que la población de inuits de Groenlandia tenía un riesgo cardiovascular bajo. Esta población sigue una dieta muy rica en AGPI, según explicó el Dr. William S. Harris, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Dakota del Sur (Sioux Falls, Dakota del Sur), a TCTMD en entrevista telefónica. Esto llevó a una serie de ensayos controlados aleatorizados sobre suplementos AGPI que ha arrojado resultados contradictorios durante décadas.

Para intentar entender mejor el papel que juegan los AGPI en la mejora de los resultados tras sufrir un cuadro de IAM, investigadores dirigidos por la Dra. Savina Nodari, de la Universidad de Brescia (Brescia, Italia), realizaron un estudio de cohorte observacional retrospectivo de 11.269 pacientes de 5 unidades sanitarias locales italianas dados de alta del hospital con un diagnóstico primario de IAM entre el 1 de enero de 2010 y el 31 de diciembre de 2011. Los pacientes se asociaron, alta hospitalaria, prescripción de medicación y bases de datos de mortalidad, siendo seguidos durante 12 meses tras el alta hospitalaria índice.

Las características basales y los resultados se compararon entre los pacientes atendiendo a su receta de prescripciones para AGPI n-3 post-alta hospitalaria. Según la limitada disponibilidad y reembolsos de AGPI en Italia, la dosis diaria de AGPI n-3 fue de 1 gramo/día, consistente en 850-882 mg de ácido eicosapentaenoico y ésteres etílicos del ácido docosahexaenoico en una proporción media de 1:2.

En total, el 21.5% de los pacientes se le prescribió, al menos, un AGPI n-3 durante el seguimiento. El índice de adherencia al tratamiento AGPI se calculó como el número total de abastecimiento diario de la medicación dispensada durante el seguimiento dividido por los días totales post-alta hospitalaria desde los niveles basales hasta transcurridos 12 meses o hasta la muerte, lo que ocurriese primero. Según estos cálculos, el 25.9% de los pacientes a quienes se recetaron AGPI tuvieron un índice de adherencia del 0-40%, el 26.4% del 41-80% y el 47.8% un índice de adherencia del 81-100%.

Hubo un total de 1.198 muertes (10.6%) y 494 IAM de repetición (4.4%) durante el seguimiento.Tras ajustar por las características de los pacientes y por los tratamientos concurrentes, el tratamiento con AGPI n-3 se asoció a una menor mortalidad por todas las causas y a un menor índice de IAM recurrentes durante los 12 meses que duró el seguimiento.

Resultados al cabo de 12 Meses: Con vs. Sin Tratamiento AGPI

 

CRI

IC del 95%

Valor P

Mortalidad por Todas las Causas

0.76

0.59-0.97

.029

IAM

0.65

0.49-0.87

.004

Abreviaturas: CRI: cociente de riesgos instantáneos.

 “Que sepamos,” aseguran los autores, “este es el mayor estudio realizado hasta la fecha que ha investigado, específicamente, la influencie del uso de AGPI n-3 en los resultados clínicos pos-IAM en una base de datos de un ensayo no clínico del ‘mundo real’.

Estos hallazgos contradicen los de un reciente ensayo controlado aleatorizado sobre el uso de AGPI que no demostró beneficios cardiovasculares, dijo Harris. Aunque la naturaleza observacional de este estudio hace difícil determinar con certeza que el tratamiento más agresivo de los pacientes que tomaron AGPI no contribuyó a sus mejores resultados, a pesar de los esfuerzos estadísticos por eliminar este factor de confusión, su diseño también quiere decir que el gran número de pacientes inscritos, incluidos los que, por una u otra razón, podría no haber cumplido los criterios de inclusión de un ensayo controlado aleatorizado. “¿Estamos dejando de lado a muchos pacientes en los ensayos controlados aleatorizados que estamos perdiendo en lo que respecta a lo que está sucediendo en el mundo real?”, especuló.

Aunque Harris defiende el uso de AGPI en pacientes cardiópatas, como algunos estudios confirman beneficios y ninguno ha identificado jamás riesgos o desventajas, reconoce que necesitamos realizar más investigaciones a este respecto. En concreto, dijo, los estudios deberían de ser más duraderos en el tiempo que los 2-3 años típicos de investigación en este campo hasta la fecha, acarrear dosis >1 g/día, incluir una mayor variedad de pacientes (no solo los muy enfermos) y hacer un uso monitorizado del tratamiento médico de base.

Ciertos Pacientes y Contextos podrían ser Beneficios

También resulta importante determinar quién se beneficiará más de los suplementos de AGPI, dijo. “Es posible que los avances hechos en tratamientos y fármacos cardiovasculares hayan dejado obsoleto al aceite de pescado,” dijo. “Pero no todos tienen acceso a dichos tratamientos. Quizá en EE.UU. a todo el mundo le hacen una angioplastia cuando ingresan en un hospital con un cuadro de IAM, pero no en Italia ni en otros muchos lugares. En estos sitios, el aceite de pescado podría ser más valioso.”

Los autores del estudio toman una postura similar. “El presente análisis,” aseguran, “acarrea varios hallazgos notables que ponen en contexto los mejores resultados clínicos descritos con el tratamiento con AGPI n-3.”

Los índices de PCI (intervención coronaria percutánea) en esta población víctima de cuadros de IAM estuvieron por debajo del 25%, con independencia de si los pacientes recibieron AGPI, si bien el uso del tratamiento antiplaquetario doble fue también “bajo,” advierten, añadiendo, “En esta línea, es notable que los hallazgos positivos del GISSI-Prevenzione se dieron antes de la aceptación general del tratamiento antiplaquetario doble y de las estrategias PCI primarias y precoces invasivas. Quizá consistente con la infrautilización del tratamiento de las directrices, el índice de mortalidad a un año del presente estudio fue mucho más alto (10.6%) que el descrito en los ensayos clínicos contemporáneos de AGPI n-3.”


Fuente:
Greene SJ, Temporelli PL, Campia U, et al. Effects of polyunsaturated fatty acid treatment on post-discharge outcomes following acute myocardial infarction. Am J Cardiol. 2015;Epub ahead of print.

Declaraciones:

  • Este estudio está financiado por una subvención ilimitada de Sigma Tau pharmaceuticals.
  • Nodari no declaró conflicto de interés alguno.
  • Harris dijo ser propietario, presidente y director ejecutivo de OmegaQuant, un laboratorio que analiza los niveles en sangre de AGPI.

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