Una Encuesta Analiza el Estrés Físico derivado de Trabajar en Laboratorios de Cateterismo

El personal de laboratorios de cateterismo que pasa largas horas con pesados delantales de plomo para protegerse de la exposición a la radiación es más propenso a sufrir problemas músculo-esqueléticos que sus colegas que trabajan en otras unidades hospitalarias, según los resultado de una encuesta que se publicará el próximo 3 de marzo de 2015 en el número del Journal of the American College of Cardiology. El personal del laboratorio de cateterismo no confirmó la presencia de más cáncer ni cataratas secundarias a la radiación, si bien, la baja prevalencia de estas patologías así como el diseño transversal del estudio podrían haber cercenado su capacidad para detectar una diferencia.

Según un editorial que acompaña a la cuesta por el Dr. James A. Goldstein, del Sistema de Salud Beaumont (Royal Oak, MI), años de este estrés físico pueden resultar en “años perdidos de trabajo, cirugía y, en determinados casos, carreras truncadas.”

Investigadores dirigidos por el Dr. Mandeep Singh, de la Clínica Mayo (Rochester, MN), enviaron encuestas por email a

 El Mensaje

A medida que los procedimientos intervencionistas van aumentando con el tiempo, es crucial mitigar el estrés físico que les genera a los trabajadores el laboratorio de cateterismo, aseguran los editorialistas, que añaden que una nueva tecnología podría ayudar. 

2.682 empleados de unidades de cardiología y radiología de 6 centros vinculados con la Clínica Mayor de todo el país, recibiendo respuestas del 57% (n = 554 en cardiología y 989 en radiología; la media de edad estuvo en torno a los 43 años siendo el 33% varones). Los que respondieron a la encuesta fueron divididos en trabajadores del laboratorio de cateterismo (n = 1.042) y en controles (n = 499) en función de si habían estado implicados en intervenciones que acarrearan exposición a la radiación.

Las ocupaciones más frecuentes de los encuestados fueron:

  • Técnico/tecnólogo: el 54.3% (media de 15.5 años en este puesto)
  • Enfermera diplomada: el 18.3% (media de 16.1 años)
  • Médico: el 13.4% (media de 18.8 años)
  • Otro: el 9.3% (media de 11.3 años)
  • Residente/colegas médicos: el 4.7% (media de 4.0 años)

Los empleados clínicos con exposición a las intervenciones con radiación que tenían que llevar un delantal de plomo eran más propensos a haber experimentado dolor asociado a su trabajo y a haber buscado asistencia médica que los controles. Además, eran más propensos a referir dolor durante le realización de esta encuesta (tabla 1).

Tabla 1. Dolor asociado al Trabajo según el Puesto

 

Trabajadores del Laboratorio de Cateterismo

Controles

Valor

P

Antecedentes de Dolor asociado al Trabajo

54.7%

44.7%

.001

Buscaron Asistencia Médica por Dolor asociado al Trabajo

30.4%

24.4%

.02

Dolor durante la realización de la Encuesta

28.8%

23.4%

.03

  

No obstante, no se observó diferencia alguna entre uno y otro grupo en lo que a las puntuaciones de valoración objetiva se refiere para dolor presente, uso reciente de analgésicos, días de trabajo perdidos o uso de discapacidad.

La relación existente entre el dolor asociado al trabajo y vestir un delantal de plomo se mantuvo incluso después de ajustar por razón de la edad, el sexo, el índice de masa corporal, las patologías músculo-esqueléticas preexistentes, los años de profesión y el tipo de trabajo (CP-cociente de probabilidades ajustado 1.67; IC del 95% 1.32-2.11).

Los empleados del laboratorio de cateterismo que dijeron tener una historia de dolor asociado a su trabajo fueron más propensos a ser mujeres, a pasar más tiempo, cada semana, expuestos a la radiación y a llevar, con mayor frecuencia, un delantal de plomo que los controles (todos P < .001). Las tácticas encaminadas en reducir el dolor músculo-esquelético también fueron más habituales en aquellos pacientes que refirieron dolor asociado a su trabajo e incluyeron:

  • Retirada rápida del delantal de plomo tras las intervenciones
  • Hacer estiramientos/ejercicios antes o después de las intervenciones
  • Llevar zapatos de suela blanda 

No se observó relación alguna entre el riesgo de lesión y el tipo de delantal de plomo vestido (1 pieza frente a 2 piezas) o el uso de un cristal protector o de protección ocular.

La probabilidades de experimentar dolor asociado al trabajo variaron en función del tipo de trabajo, siendo la incidencia más alta de todas descrita por técnicos (62%) y enfermeras (60%), seguido de los médicos responsables (44%) y aquellos en formación (19%; P para la tendencia < .001). Aunque los técnicos y enfermeras fueron más propensos que los médicos responsables a ser mujeres, los hallazgos fueron similares cuando el análisis se limitó a hombres o a mujeres

Los trabajadores del laboratorio de cateterismo expuestos a la radiación no refirieron más cánceres, cataratas, hipotiroidismo ni nefrolitiasis que los trabajadores no expuestos ni revelaron diferencia alguna en los índices del punto final compuesto incluidos estas patologías y dolor músculo-esquelético (P = .26).

Tenemos que Centrarnos en Aliviar el Estrés Físico

Según los autores, este es el primer estudio que revela que tanto los técnicos como las enfermeras tienen una prevalencia más alta de dolor músculo-esquelético secundario al desempeño de su trabajo que los médicos responsables a pesar de ser más jóvenes y tener menos años de experiencia en el laboratorio de cateterismo.

Una razón que explicaría esta discrepancia podría ser que los médicos suelen rotar fuera del laboratorio de cateterismo mientras las enfermeras y el personal técnico no lo hacen, sugieren. Otro posible factor contribuyente es que el personal realiza tareas que acarrean un gran estrés físico, como por ejemplo, poner y quitar a los pacientes de la camilla y aplicar compresión tras la retirada de la vaina.

Según el Dr. Singh y sus colega, hay que hacer todo lo posible por ofrecer evaluaciones regulares y rotaciones periódicas fuera de la sala del laboratorio de cateterismo así como vestir una indumentaria ligera no basada en el plomo. Además, aseguran, el equipamiento intervencionista robótico y las tecnologías de monitorización remota podrían ayudar a reducir tanto el número de personal necesario para atender al paciente como su proximidad a la fuente de radiación, reduciendo, por tanto, el tiempo que pasan vistiendo el delantal de plomo.

Los investigadores reconocen que estos datos no pueden resolver cuestiones relacionadas con el riesgo de cáncer derivado de la exposición a la radiación, en parte porque la incidencia de esta enfermedad en el personal más joven del laboratorio de cateterismo es baja. Además, el personal diagnosticado de cáncer puede pasarse a tareas que no impliquen exposición alguna a la radiación o jubilarse, por lo que sus casos no quedarían registrados en esta encuesta transversal.

En el editorial, el Dr. Goldstein asegura que los hallazgos son “alarmantes y dan que pensar.” No obstante, añade, teniendo en cuenta el crecimiento en el volumen, complejidad y duración de los procedimientos intervencionistas, la “epidemia en aumento de aflicciones ortopédicas ocupacionales” no debería de sorprendernos.

El Dr. Goldstein observa que el innovador equipamiento que posibilita la obtención de imágenes de calidad con dosis más bajas está ayudando a minimizar la exposición a la radiación, e indicadores tales como delantales de plomo suspendidos del techo, guantes protectores y gorras de protección craneal así como tecnología robótica vascular pueden ayudar a reducir los problemas ortopédicos.

‘Cuidar de Uno Mismo’

No obstante, en entrevista telefónica con TCTMD, el Dr. Craig St. George, RT, director de formación online para la Sociedad Americana de Tecnólogos-Radiólogos (Albuquerque, NM), dijo que en transcurso de 6 años trabajando para la Clínica Mayo en Jacksonville (Florida) no recuerda a nadie quejándose de lesiones secundarias al desempeño de su trabajo.

No obstante, advirtió, muchos de sus colegas hicieron ejercicio, estiramientos y practicaron yoga, lo cual no cabe duda de que contrarresta el estrés que supone tener que llevar un delantal de plomo cada día. Otro factor importante que contribuyó a minimizar las molestias y los dolores, sugirió, fue que cada persona llevaba un delantal hecho a medida. Además podían elegir entre diferentes versiones, incluido un modelo envolvente con un cinturón en el que se descargaba buena parte del peso que descansaba sobre los hombros. También utilizaban almohadillas ergonómicas cerca de la mesa para ayudar a que los pies estuvieran más mullidos durante las horas de trabajo. Además, la tarea de tener que poner y quitar pacientes en la camilla se vio mitigada por el trabajo en equipo.

En lo que a las preocupaciones en materia de radiación se refiere, el Sr. St. George dijo confiar en su formación, asegurándose de que estaba bien protegido, que se colocaba en la posición adecuada para minimizar la exposición a la radiación y que era supervisado por un experto en seguridad de radiación del hospital.

 “Conozco a tecnólogos que tienen 20-30 años de experiencia a sus espaldas y nunca he oído a nadie decir, ‘esto me está agotando,’ comentó, añadiendo, “Eliges esta profesión porque quieres cuidar de los pacientes y para ello has de cuidarte a ti primero.”

 


Fuentes:

1. Orme NM, Rihal CS, Gulati R, et al. Occupational health hazards of working in the interventional laboratory: a multisite case control study of physicians and allied staff. J Am Coll Cardiol. 2015;65:820-826.

2. Goldstein JA. Orthopedic afflictions in the interventional laboratory: tales from the working wounded [editorial]. J Am Coll Cardiol. 2015;65:827-829.

Declaraciones:

  • El Dr. Singh no declaró conflicto de interés alguno.
  • El Dr. Goldstein dijo tener participaciones accionariales en una compañía que desarrolla equipos de protección anti-radiación.
  • El Sr. St. George no declaró conflicto de interés alguno.

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