Los Antecedentes de Aterosclerosis Aumentan el Riesgo de Morir Post-IAM

Los pacientes con aterosclerosis preexistente corren un mayor riesgo de muerte años después de sufrir un IAM comparado con aquellos sin manifestaciones previas de la enfermedad, según un nuevo análisis.

Utilizando datos procedentes del registro FAST-MI, los investigadores revelaron que los pacientes que sufren un IAM y tienen, ya, un diagnóstico anterior de aterosclerosis corrían un índice riesgo de muerte a los 3 años un 80% mayor (P < 0.001).

El estudio francés, dirigido por el Dr. Etienne Puymirat (Hospital Europeo Georges Pompidou, Paris, Francia), también reveló que los sujetos que ya han sufrido un IM presentaban un índice de riesgo de muerte a los 3 años un 32% mayor tras el episodio índice que no habían sufrido un infarto con anterioridad (P = 0.048). El riesgo asociado a este antecedente se vio atenuado entre aquellos pacientes a tratamiento con estatinas en el momento de sufrir el episodio (índice) recurrente.

El Dr. Ajay Kirtane (Facultad de Medicina de la Universidad de Columbia, Nueva York, NY), que no tuvo nada que ver en el presente estudio, dijo a TCTMD que los pacientes con manifestaciones anteriores de enfermedad cardiovascular aterosclerótica representan un grupo de mayor riesgo en el que los descensos en el riesgo absoluto por estrategias de prevención secundaria serían mayores que los de los pacientes sometidos a prevención primaria.

“En cierto sentido, estos datos vienen a validar la necesidad de ser más agresivos con pacientes con riesgo aterosclerótico establecido,” dijo Kirtane.

En el estudio, publicado en Internet el pasado 2 de diciembre de 2016, en el American Journal of Cardiology, los investigadores advierten que la mortalidad que sobrevino tras sufrir el IAM ha descendido, notablemente, durante las dos últimas décadas. Para este análisis del FAST-MI, identificaron a 3.079 pacientes que habían sufrido un IAM, incluidos 1.062 con antecedentes de enfermedad cardiovascular aterosclerótica y 498 con antecedentes de haber sufrido un IM. Los pacientes con aterosclerosis y/o antecedentes de IM eran más mayores, tenían perfiles más altos de riesgo cardiovascular y más comorbilidades que los pacientes que no tenían antecedentes.

Tres años después de sufrir el IAM, los índices de supervivencia fueron mucho más altos en pacientes sin enfermedad aterosclerótica conocida que en aquellos con aterosclerosis, diferencia en la supervivencia que se hizo evidente en seguida, concretamente, transcurrido un año. Entre aquellos que sobrevivieron al alta hospitalaria tras sufrir el IAM índice, la tasa de mortalidad a 3 años fue, también, mayor entre aquellos con enfermedad aterosclerótica. Diferencia que, una vez más, se hizo evidente transcurrido un año.

Para aquellos pacientes que tomaban una estatina antes de sufrir el IM índice, el índice de supervivencia a los 3 años fue del 79% para aquellos con antecedentes de haber sufrido un IM y del 83% para aquellos sin ningún episodio previo, una diferencia irrelevante desde el punto de vista estadístico.

“Los pacientes que han sufrido un IAM corren un mayor riesgo de sufrir episodios isquémicos recurrentes y mortalidad, lo cual sugiere que esta población podría beneficiarse, especialmente, de las estrategias de prevención secundaria,” aseguran Puymirat y sus colegas. “Pueden tenerse en cuentavarios métodos para mejorar el resultado de pacientes con episodios recurrentes de territorios múltiples implicados por el proceso aterosclerótico. En especial, un régimen antiplaquetario más potente o una mayor intensidad del tratamiento reductor de los niveles lipídicos.”

Los investigadores advierten que el estudio IMPROVE-IT vino a confirmar que la incorporación de ezetimibe (Zetia, Merck/Schering-Plough) al tratamiento con estatinas reducía, notablemente, el riesgo de sufrir episodios cardiovasculares mayores comparado con el monotratamiento con estatinas en pacientes víctimas de SCA (síndrome coronario agudo). Los análisis de subgrupo realizados por los investigadores del IMPROVE-IT no comprobaron si aquellos sujetos con antecedentes de IM o manifestaciones previas de aterosclerosis se beneficiaron de un tratamiento más agresivo para reducir los niveles de colesterol LBD (lipoproteínas de baja densidad).

En lo que respecta a los inhibidores del receptor PCSK9, dos extenso estudios cardiovasculares, el FOURIER y el ODYSSEY-Outcomes, están, también comprobando si un descenso adicional de los niveles de colesterol LBD reduce el riesgo de morbilidad y mortalidad cardiovasculares tras sufrir un SCA, aunque si el efecto será distinto en pacientes con o sin antecedentes de IM/aterosclerosis es, ahora mismo, solo meramente especulativo, concluyen Puymirat y sus colegas.